Margarita Ríos-Farjat / El arte de lo incierto

AutorMargarita Ríos-Farjat

El pasado 7 de junio, casi un millón de personas decidieron votar por Jaime Rodríguez Calderón. El Gobernador electo seguramente sabe que miles, quizá cientos de miles, votaron así sólo porque su dignidad ciudadana les impedía siquiera mirar al PRI o al PAN, no porque él los hubiera seducido.

Digo "seguramente lo sabe" porque el futuro Gobernador tiene una amplia experiencia política. Sabe que si bien las expectativas son muy altas, el voto de confianza es menor al voto obtenido en las urnas; y si quiere trascender bien en la historia, necesita la credibilidad social.

Por lo pronto, empieza a verse el despliegue de esa experiencia en el manejo de las formas institucionales.

Cuando el Presidente Peña le llamó para felicitarlo por haber ganado la elección, Rodríguez fue educado y formal; a diferencia de Vicente Fox, que en 2000 recibió la llamada del Rey de España como si fuera su compadre: "¡Hola, Rey!".

La civilidad política también manda que se reúnan el Gobernador saliente y el entrante para coordinar la transición. Esa reunión se llevó a cabo hace unos días y dejó azorados a muchos, porque Rodríguez corrigió la semántica de su discurso de campaña: de procesar a la familia del Gobernador actual, pasó a decir que se investigaría al Gobierno, no a las personas.

¿Cómo interpretar aquí la experiencia política de Rodríguez? Algunos dijeron que "El Bronco" ya se había vuelto potrillo; otros, que don Alfonso Martínez Domínguez, su ejemplo, habría sido más ingenioso en su respuesta para no dar la impresión de que se desdecía; o que Medina negoció o lo amenazó.

Era un momento protocolario, y así se mantuvo. Si, lado a lado, Rodríguez hubiera repetido que llegaría a fumigar el Palacio de Gobierno, ésa iba a ser la nota nacional más amarilla de un festín de medios. Optó por lo ecuánime. Sin embargo, flaco favor le hizo a Rodríguez un Medina sonriendo como quien gana un premio.

La pregunta es, ¿hasta dónde las formas y los protocolos? ¿Cuál de todas las formalidades políticas vamos a vivir en Nuevo León? ¿La que no quiere escándalos y nos dirá que no hay pruebas, luego de que en campaña se prometía cárcel; o la que entiende que la mejor formalidad la da el Estado de derecho?

Algunos dicen que Vicente Fox logró la alternancia del País sin hacer una "cacería de brujas". Pero se olvidan de dos cosas: la primera y más importante es que esa "cacería" se refiere a perseguir a otros por sus creencias (la hechicería, la religión o el comunismo, por ejemplo)...

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