Margarita Ríos-Farjat / Alianzas de papalote
| Autor | Margarita Ríos-Farjat |
Las alianzas se hacen para volar alto, para salpicar de colores el sombrío horizonte político mexicano, pero no se diseñan para gobernar, sino para andar entre las nubes.
Hace algunos días, despertó entusiasmo en muchos el poder de convocatoria desplegado por el Gobernador de Chihuahua, Javier Corral, que en el páramo desolado de un PAN que no se encuentra a sí mismo y que se fracciona cada vez más en protagonismos vacuos y liderazgos más fabricados que reales, tomó las riendas políticas y llamó a líderes de izquierda y derecha para hacer un frente común -electoral, claro.
La alianza PAN-PRD luce cada vez más afianzada, al menos hasta el momento de la elección.
¿Nos servirá eso? ¿Una alianza sólo para la elección? Se vota por un proyecto de país, no por una alianza cuyo propósito es "que no lleguen el PRI o Morena". Eso no es un proyecto, es un frente bélico. Un frente opositor, no constructor.
¿Podemos aspirar a que esa alianza sea capaz de gobernar con un proyecto sensato? Ojalá fuera así, pero dos extremos ideológicos difícilmente construyen un plan congruente y atractivo y, peor, podrían no llevarlo a cabo porque no se mezclan el agua y el aceite.
¿Qué tendríamos entre dos extremos?, ¿que ofrecerían? Una ideología de centro. Algo no distante al PRI.
No es razonable que el PAN cuente con el alegre respaldo de la izquierda para dar rienda suelta a la tradición utilitarista, de libre mercado y poca regulación, y de defensa de lo privado por sobre lo público que suele asociarse a la ideología conservadora.
El PRD, por su parte, no dejará de rechazar todo eso y defender exactamente lo contrario, como ha hecho históricamente. El punto de encuentro, si lo hay, es el centro.
Por supuesto que reduzco a nivel de esquema el reino de las ideas políticas, pero el lector captará la intención y la idea.
¿Es mala opción la ideología de centro? Es lo que hay entre izquierda y derecha. La ventaja del centro es que es el punto de mesura por antonomasia, aunque también por esa razón es el camino más lento. Además, el PRI se ha arraigado en esa posición y la intención de la alianza PAN-PRD es quitarlo de ahí.
¿Quitar a un partido de centro por una alianza que, en todo caso, lo mejor que ofrecerá será ideología de centro? No acaba de convencer, ni anticipa fluidez de gobernanza.
Más pronto que tarde las diferencias dividirán. Quien milita en el PAN no se convertirá a la izquierda en una especie de fraternal revelación, ni viceversa.
Estos procesos suceden...
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