Ellas marcan la pauta

AutorAideé Molina y Jessica Castañeda

Imponerse sobre una labor que desde siempre ha sido dominada por los hombres pareciera una empresa difícil... Sin embargo, la preparación, el ímpetu y la perseverancia son las cualidades que muchas mexicanas han fortalecido para abrir nuevas brechas. Hoy, en la víspera del Día Internacional de la Mujer, se publican sólo tres ejemplos: el de una mujer que guarda el orden público; el de otra que encauza la academia; y el de una más, concentrada en la investigación.

Marcadora de rumbos

En sus manos está la política educativa de una de las instituciones educativas superiores más importantes de México, el Tecnológico de Monterrey.

Hilda Cruz, hoy Vicerrectora Académica, es la primera mujer en dirigir el rumbo de la educación que ofrecen la prepas, licenciaturas y posgrados de esta universidad, y ocupar uno de los altos puestos directivos del Sistema Tec.

Este reto, como le llama, es resultado de aprovechar sus cualidades: la capacidad de visión y la conciliación.

"Puedo visualizar en mediano, a largo plazo, qué puede pasar, qué es una meta conseguible", dice la directiva, nacida en Fortín, Veracruz, en 1955.

Lo demostró desde su ingreso al área académica del Tec, luego de concluir sus estudios de ingeniería en sistemas computacionales, en el Campus Monterrey, en 1978.

De maestra saltó a directora de carrera y, luego, a la dirección de la División de Ingeniería en el Campus Toluca, nunca antes comandada por una mujer, que la llevó a instalar el primer consejo consultivo de las carreras.

En 1996, al sobresalir en la definición de la misión del Tec hacia el 2005, Cruz fue invitada a colaborar con la Vicerrectoría Académica, de la que tomó las riendas desde diciembre del 2000.

Pero no todo es la academia. Cruz, quien se declara una fanática del cine, la cocina, los viajes, la música y del cuidado de las plantas, labor que disfruta al máximo en su casa ubicada en Santiago, la número 24 en la que ha vivido, se las arregla para compartir su poco tiempo libre con su familia, que radica en Puebla.

"Yo me siento magnate, la tarde del sábado o el domingo, o en una noche calurosa, voy a decir así: 'me echo en mi hamaca', no hay magnate que iguale mi bienestar y la sensación de satisfacción y tranquilidad".

Siempre tiene algo que quiere aprender. Para el día que deje a un lado la academia, la creación de vitrales y artículos de cerámica son algunas de las "locuras" que contempla hacer y para no olvidarlas, las registró en su libreta de metas.

Pero todo a su...

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