Marca su vida paso a pasito

AutorIdalia Barrera

Uno, dos, tres, ¡vuelta!... uno, dos, tres...

Desde hace 25 años sus pasos marcaron su vida y han quedado plasmados en las coreografías de algunos famosos como Paulina Rubio, Timbiriche, Alicia Villarreal y Rocío Banquells.

Pero Miguel Sahagún no sólo ha sido reconocido entre los famosos, también en Monterrey ha destacado por su trabajo en las comparsas del Casino Monterrey, del Campestre, en los espectáculos Ecos, que antes se hacían en la Facultad de Arquitectura, en musicales de la UDEM y los ensambles del Tecnológico.

El regiomontano sonríe satisfecho cuando comenta algunas de las experiencias que ha vivido a lo largo de estos años, como el ir de repente a un antro y ver que la gente todavía baila las coreografías que él creó para algunos cantantes.

"Es muy padre porque antes se ponía más atención a los pasos de los artistas, cosa que no sucede tanto ahora, y me encanta cuando veo que siguen bailando como lo hacía Paulina en 'Te Daría mi Vida', por ejemplo", comenta orgulloso el regiomontano.

Confiesa que su pasión por el baile la descubrió a los 18 años de edad, cuando decidió dejar sus estudios en la preparatoria, para iniciar una nueva aventura como coreógrafo.

"Yo creo que es un don que se me dio desde allá arriba, lo descubrí un poco tarde, pero estoy muy contento con lo que he logrado y sigo disfrutando plenamente lo que hago".

En 1978, siendo alumno de la UR recorría los pasillos de la universidad para acompañar a un amigo a los ensayos de baile en el musical Alegro, pero siempre con la intención de encontrar una oportunidad como actor o cantante, que era lo que a él le atraía.

Pero el destino lo llevó por otro camino. Miguel comenzó a sustituir a gente que faltaba y continuamente integrándose al cuadro de ballet, algo que comenzó a apasionarle.

"Pero quería cambiar las cosas que me imponían, yo quería hacerlo a mi modo y afortunadamente Gustavo Somohano (coreógrafo) me dio la libertad de hacerlo.

"Fue Tavo quien me dio la primera oportunidad de iniciarme como asistente de coreógrafo", dice pensativo, sentado en la oficina de su academia, ubicada en la Colonia Fuentes del Valle.

Pero a pesar de que nunca había estudiado baile, su trabajo pronto comenzó a destacar y empezaron a contratarlo para diferentes eventos musicales, no sólo en las universidades, sino en algunas empresas, donde aún sigue colaborando.

"Yo era totalmente lírico, así que pensé que tenía que prepararme, estudiar y fortalecer este don, así que me puse a...

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