De la mano con la generosidad

AutorBertha Wario

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Aunque está enterita y tiene la carga emotiva de que fue un regalo de la abuela en un cumpleaños, la camisa blanca, talla 6, ya no le queda a Andrés. Por eso se encuentra en una de tres bolsas negras; ahí está la ropa que ya no usan los integrantes de la familia Cruz Leal.

Es el ejercicio que, por lo menos cada 10 meses, practican en esta casa de la Colonia Chepevera. Una llamada telefónica al Banco de Ropa de Cáritas de Monterrey es el siguiente paso para que las prendas vuelvan a ser útiles, afirma Catalina Leal de Cruz.

"Prefiero que la aproveche alguien más a que esté arrumbada en un clóset", agrega, mientras hace un nudo al último de los paquetes.

Su llamada fue una de las 15 que, en promedio (entre particulares, empresas y organizaciones) ahí se reciben. Como las peticiones se atienden de acuerdo al rumbo, fue hasta el miércoles cuando Juan Ortega, chofer de la institución, hizo escala en su casa para recoger el donativo, que incluye más ropa para niño porque tiene otro hijo de 12 años.

Muy a tiempo, Alma Delia Machuca, directora del Banco de Ropa, que en el 2001 distribuyó 454 mil 016 prendas donadas a personas de escasos recursos, prepara visitas a casas-hogares. Una de ellas es Manantial de Amor, donde viven treinta y tantos niños que no pueden estar con sus padres.

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La camioneta que maneja Juan se estaciona en la esquina de Washington y Porfirio Díaz, en Monterrey. Desde hace dos años y medio aquí está la sede del Banco de Ropa, que abrió sus puertas el 13 de mayo de 1997.

En Zaragoza y Morelos, céntricas calles del municipio de Guadalupe, está el inmueble de los inicios, que ahora funciona como bodega para ropa de invierno. Ahí permanecieron hasta que las cosas comenzaron a ir mejor, porque al principio llegaba poco y en mal estado.

"Casi hacíamos fiesta cuando llegaba un donativo", recuerda Alma Delia.

Ahora la situación es otra. Por lo menos cinco donantes se presentan al día, entre semana, pero los sábados esta cifra pueden triplicarse. Sólo el mes pasado recibieron 3 mil 570 kilos de ropa, que equivalen a 30 mil 503 piezas de calzado y ropa; en el mismo periodo se entregó una cantidad similar de piezas.

Una vez que el donativo de la familia Cruz Leal cruza la puerta, todo se convierte en territorio de mujeres. Porque el voluntariado, integrado por 15 personas que acuden una o varias veces por semana, sin salario de por medio, es completamente femenino.

En el área de selección, donde hay ropa lista para donarse a los...

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