Mandan mensaje al futuro

AutorJorge Alberto García

Mientras en el exterior el tiempo se mueve de manera inexorable, en la oscuridad y silencio del subsuelo una cápsula del tiempo espera pacientemente el día en que finalmente será abierta y salga a la luz lo que lleva dentro.

Una cápsula es como un arca donde se depositan mensajes, artefactos y recuerdos personales de una determinada era para ser abierta en el futuro y sirva como puente entre dos épocas.

Esa idea de trascendencia ha animado a colegios, como el Instituto Americano de Monterrey (AIM, por sus siglas en inglés), el Colegio Euroamericano y el Instituto Regiomontano A.C., que han enterrado una en algún momento de su historia.

Olga Chapa, encargada de Relaciones Publicas del AIM, comenta que el 4 de diciembre de 1999 se enterró por primera vez una cápsula en el instituto, con motivo de la llegada del nuevo milenio.

"Fuimos los primeros en hacerlo y fue una iniciativa de la sociedad de padres de aquel entonces. Pensaron que estaría padre que los alumnos redactaran cartas en las que describieran cómo se visualizaban en el futuro", recuerda.

Decenas de estudiantes de todos los grados de los campus Santa Catarina y San Pedro escribieron palabras o plasmaron dibujos que luego se empaquetaron por salón para depositarse junto a cartas de padres de familia y maestros.

También incluyeron en la cápsula material de todos los departamentos del instituto, ejemplares de periódicos y fotografías. Al final, en una ceremonia oficial fue enterrada.

"La apertura se realizó 13 años después, el 9 de marzo del 2013. Los contactamos y más de 700 ex alumnos asistieron a un gran festejo que hicimos para abrirla.

"Fue impresionante verla y destaparla, todo estaba intacto: nos encontramos con billetes de 20 pesos, medallas religiosas, juguetes, fotografías de alumnos con sus amigos y envolturas de dulces que ya ni se venden", recuerda.

La espera fue de 13 años, ya que el instituto cuenta con 13 años escolares, por lo que se esperaron hasta que saliera la última generación que participó en la cápsula de 1999, explica Chapa.

"Algunos de ellos ya habían fallecido sus padres y se encontraron con cartas que les habían escrito ellos años atrás, así que hubo de todo, había risas, pero otros estaban en un mar de llanto, fue todo muy emotivo", dice.

Por petición de la sociedad de padres de familia del 2013, la cápsula del tiempo fue llenada por segunda ocasión. La abrirán en el 2025.

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