Con magia en sus manos

AutorCirze Tinajer

FOTOS: ROBERTO ANTILLÓN

IZAMAL, Yucatán.- El brillo de sus construcciones, con ese amarillo tan característico, y la serenidad que se siente al recorrer sus calles adoquinadas a bordo de una calesa, quizá, son algunas razones por las que a Izamal se le declaró Pueblo Mágico.

Sin embargo, con una tranquila caminata, se descubre que el origen de la magia en gran parte radica en su gente, que siempre gustosa recibe a los foráneos y se esfuerzan diariamente en conservar y compartir sus tradiciones.

Para comprobarlo, tan sólo hay que darse una vuelta por el número 325 de la calle 29. Ahí es donde vive doña Ligia Canché Pech.

Hace varios años convirtió su casa en un taller de bordado a máquina, donde confecciona y vende huipiles y ternos (el atuendo blanco de blusa y falda de las yucatecas).

"A las yucatecas nos da mucho orgullo portar esas prendas. Es común encontrar por la calle a alguna joven con un huipil, pues es muy fresco, perfecto para el calor de acá.

"El terno, en cambio, se usa más para ocasiones especiales. En las escuelas a las niñas se les pide llevarlo para los festivales, así les nace el cariño por éste", dice doña Ligia.

Aprendió a bordar cuando apenas tenía 13 años, ahora tiene 75, y enseña a quien lo desea su noble oficio.

"En algún tiempo tuve más de 20 costureras en mi casa,

ahora ya sólo les doy el trabajo, ellas se los llevan a sus hogares y me lo traen una o dos semanas después.

"Les resulta una buena manera de ganar algo de dinero y pueden seguir al tanto de sus hijos", expresa.

Ya en confianza, doña Ligia muestra su experiencia. Sentada frente a su máquina, aprieta el pedal y traza pequeñas flores en una tela blanca.

Apenas pasar un rato con ella y cualquiera sale de su tienda con un huipil. Sus diseños enamoran a primera vista.

ENCANTO QUE SE MECE

Muy cerca de ahí, en la calle 19, en el número 268 B, se halla el taller de hamacas de don Agustín Kantún.

Al arribar, un delicioso olor a sopa de lima invade el ambiente. La tienda y el taller se encuentran al lado de la cocina de la casa de este yucateco que, desde hace décadas, se dedica a tejer hamacas, las cuales tienen fama a nivel internacional.

"Viene gente de Estados Unidos y Europa por sus hamacas. Saben que son de calidad y que les durarán años", externa don Agustín.

Utiliza un bastidor vertical de madera para tejer hilos de distintos colores y poco a poco crear una hamaca.

"Son...

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