La magia de la aspirina

AutorAbigail Zuger

En 1982, el químico británico John Vane compartió el Premio Nóbel de Medicina en parte por descubrir cómo funciona la aspirina, pero algunos investigadores ahora creen que su trabajo pudo haber sido sólo un buen principio.

Vane descubrió que la aspirina inhabilita una enzima llamada ciclooxigenasa, o COX, y detiene la producción de sustancias llamadas prostaglandinas que contribuyen al dolor, la inflamación y la fiebre cuando el cuerpo está lastimado.

Una prostaglandina, llamada tromboxane, es producida en minúsculas células sanguíneas llamadas plaquetas, y hace que se adhieran unas a otras y tapen cualquier fuente de sangrado.

Hasta dosis minúsculas de aspirina detienen completa e irreversiblemente la producción de tromboxane.

A las personas quienes toman diariamente una aspirina infantil durante 10 días no les queda nada de tromboxane en sus plaquetas. Aunque su sangre se seguirá coagulando normalmente, sus plaquetas no se adhieren bien, y si se cortan o se rasgulan pueden sangrar un poco más de lo usual. Se necesitan 10 días para que los efectos de la aspirina desaparezcan después de que una persona deja de tomarla.

En contraste, otros medicamentos antiinflamatorios como el ibuprofeno y el naproxen detienen la producción de tromboxane durante sólo unas horas y tienen efectos mucho menos potentes sobre la adhesividad de las plaquetas que la aspirina. El Tylenol no tiene ningún efecto discernible sobre la tromboxane.

Encuestas muestran que cientos de miles de estadounidenses creen que si la aspirina funciona para el corazón, entonces todos estos otros medicamentos similares definitivamente deben de funcionar también. De hecho, no se ha demostrado que...

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