Más allá del consultorio

AutorDaniel de la Fuente

En 1971, un grupo de médicos franceses, entre ellos el ex Canciller francés Bernard Kouchner, decidió a su regreso de Biafra, donde había trabajado con la Cruz Roja durante las hambrunas, romper la neutralidad y silencio que caracteriza a las organizaciones humanitarias, para denunciar violaciones de los derechos humanos.

Así, médicos y periodistas fundaron ese año Médicos sin Fronteras.

Posteriormente, en 1979, durante la crisis de los boat people vietnamitas -en la que miles huyeron de Vietnam a bordo de precarias embarcaciones-, el mismo Kouchner y otros colaboradores fundaron Médicos del Mundo para atender directamente a esas personas, a la vez que denunciaban la situación, operando desde un barco: el L'Ille de Lúmier, que permaneció en la zona hasta finales de los años 80 y salvó a miles de personas.

Médicos del Mundo interviene desde 1992 con población socialmente excluida a través del acercamiento físico y humano en unidades móviles. Además de brindar material preventivo, en esas unidades hay actividades de educación para la salud.

Presentes en todo el mundo, ambas organizaciones han sido clave para que las tragedias no sean mayores.

En el quirófano y el frente de las ideas

Médicos sin Fronteras entra en acción ante el deterioro de las condiciones médico-humanitarias en poblaciones en crisis que ponen en peligro su salud o supervivencia. De acuerdo a su sitio, MSF atiende a víctimas de conflictos armados, enfermedades endémicas y epidémicas, violencia social y personas excluidas de la atención sanitaria, y en desastres naturales.

Hoy en día, el grupo, también conocido por su abreviatura en francés MSF (Médicins Sans Frontières), tiene más de 27 mil trabajadores, que van desde médicos y enfermeras hasta administradores y personal de apoyo local, y provee asistencia médica en más de 60 países. Por su labor extraordinaria, en 1999 recibió el Premio Nobel de la Paz.

Uno de los momentos más complicados por los que ha atravesado el grupo humanitario fue en Siria. Ahí, MSF operaba en el 2013 seis hospitales en zona controlada por rebeldes y empezó a proveer en secreto asesoría técnica, equipo y medicamentos a hospitales y clínicas en las zonas controladas por el Gobierno.

El grupo se enteró de un flujo masivo de pacientes con "síntomas neurotóxicos" -aproximadamente 3 mil 600 personas en tres horas, incluyendo a 355 que murieron-. Sus líderes pronto debatieron sobre cómo manejar la información, dijo Sophie Delaunay, directora ejecutiva de...

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