Luis Rubio / Las tensiones

AutorLuis Rubio

Según cuenta Heródoto, Jerjes el Grande, rey persa, concibió la invasión de Grecia como un comandante que creía que podía hacer lo que quisiera simplemente porque era, pues, el rey. Ignoró a los asesores que le advertían de los peligros que se avecinaban y despidió a quien se oponía a sus planes. Seguro de su visión, procedió a toda marcha, sólo para ser derrotado no por una fuerza superior, sino por la simple realidad.

El Presidente López Obrador tiene certeza de su proyecto, pero comienza a enfrentar las contradicciones tanto de su propia visión como las que emanan de la compleja, contradictoria y enardecida coalición que armó para ganar la Presidencia.

Las contradicciones se pueden apreciar en la forma en que han evolucionado las famosas mañaneras y en lo que no han cambiado mucho.

Las decisiones del Ejecutivo chocan con los votos que surgen del Poder Legislativo y los pleitos entre las facciones dentro de Morena son con frecuencia mucho más profundos y pronunciados que los que caracterizan a otros segmentos de la sociedad. El conjunto explica lo que avanza y lo que retrocede en nuestra realidad cotidiana.

En sus mañaneras, el Presidente ha eliminado el calificativo de conservadores y fifís al referirse al empresariado, pero ofreció una disculpa a miembros de la guerrilla, ignorando a quienes fueron secuestrados y asesinados por los mismos guerrilleros.

Al día siguiente, embistió contra los promotores de los amparos relativos al aeropuerto de Santa Lucía, tratándolos como traidores a la patria, a pesar de que su único crimen ha sido emplear instrumentos legales absolutamente legítimos para disputar una decisión administrativa. Estos contrastes obligan a suponer que la nueva tónica es meramente táctica.

Las tensiones y contradicciones nacieron con el Gobierno, como ilustra el NAIM o los dos planes nacionales de desarrollo. Pero, más allá del discurso, el Ejecutivo y el Congreso están construyendo el andamiaje de un sistema de control autoritario con el que ni siquiera los más denostados Presidentes del viejo sistema pudieron haber soñado.

¿Cómo, en este contexto, pretender atraer la inversión que el propio Presidente ha declarado en múltiples ocasiones ser clave para el alcance de su proyecto?

En los últimos meses, AMLO se ha salido de su camino para acercar a los empresarios grandes más emblemáticos del País: los invitó al Informe, ha asistido a comidas o cenas en sus casas y ha hecho gala de que los puede hacer levantarse antes de que...

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