Luis Rubio / Similitudes y diferencias

AutorLuis Rubio

"La historia de México", dice una conocida analista, "es, ante todo, la historia de la personalización del poder -de la concentración de todos los instrumentos y palancas del poder y de los recursos- en las manos de un líder que se posiciona por encima de la sociedad, del resto de los liderazgos y de sus Gobiernos.

"Salir de la etapa post-PRI requería de un líder que pudiese actuar como un ariete para destruir al viejo orden. Esa persona tenía que ser un político excepcional y carismático, con el valor para romper con el pasado y forzar a la clase política y a las autoridades estatales a abandonar el pasado.

"Esa persona requería ser una personalidad fuerte y contar con la habilidad para liderar. Sin embargo, la conformación de un sistema fundamentado en rivalidad y competencia política requiere otro tipo de personalidad y liderazgo, uno preparado para 'abdicar del trono' y transferir al menos parte de su poder ejecutivo hacia otras instituciones".

Aun cuando la nueva sociedad y las nuevas instituciones -continúa el análisis- comenzaron a emerger, la Presidencia jugó bajo las viejas reglas.

Si el principio fundamental de la democracia electoral consiste en que "las reglas son claras pero el resultado incierto", la élite mexicana estaba resuelta en que las reglas debían ser inciertas y para garantizar un resultado favorable para sí misma.

En lugar de prever para un régimen alternativo y la alternancia en el poder, la élite enfatizó de manera sistemática la continuidad.

La afirmación de Samuel Huntington en el sentido de que dos ciclos electorales bastaban para que un país se convirtiera en democracia demostró no ser aplicable a México.

La regularidad de los procesos electorales, incluyendo a dos Gobiernos emanados del PAN, se convirtieron en una mera cortina de humo para la regresión que tuvo lugar en materia de liberalización política.

La sociedad probó ser demasiado inexperimentada para desarrollarse de manera independiente en una pujante sociedad civil.

Los nuevos ocupantes de la Presidencia llegaron al Gobierno en una ola de entusiasmo democrático, pero ellos no sólo no tenían la intención de avanzar el desarrollo de los derechos civiles y las libertades, sino que sistemáticamente obstruyeron el proceso, dándole la espalda a las fuerzas democráticas que hicieron posible su llegada al poder.

Los tecnócratas asumieron que la introducción de una economía de mercado sería suficiente, ignorando la necesidad de crear nuevas instituciones y la...

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