Luis Rubio / Referéndum ¿para qué?

AutorLuis Rubio

El objetivo de Andrés Manuel López Obrador con su propuesta de referéndum es eliminar los mecanismos de representación existentes -el Legislativo- de la toma de decisiones.

En su visión, el "pueblo" debe ratificar sus decisiones, previamente tomadas, porque así mantiene, y eleva, su control sobre la vida política y la ciudadanía. La "revocación de mandato", parte del mismo esquema, afianza la visión: el objetivo es el control, no la participación ciudadana.

Los legisladores, comenzando por los de Morena, deben entender que su papel en esta materia es representar al electorado y actuar como contrapeso.

El asunto es muy simple: ¿quién puede creer que los ciudadanos van a votar a favor de que les aumenten los impuestos o en contra de que se meta a la cárcel al violador de la niña en Ciudad Juárez? Ambas son decisiones que corresponden a la autoridad -legislativa y judicial, respectivamente- cuando las circunstancias lo exijan.

Someter ese tipo de decisiones al "pueblo" no es más que una argucia para evitar la responsabilidad o, más frecuentemente, para imponer las preferencias de quien somete la decisión a consulta, a sabiendas de que la población realmente está evaluando al Presidente porque no tiene capacidad o interés de analizar las alternativas e implicaciones de su decisión.

El referéndum es un instrumento que se utiliza con regularidad en algunas naciones y su experiencia es ilustrativa. En Suiza, nación con un enclenque Gobierno central, cada año se somete una infinidad de decisiones al voto popular. Los ciudadanos leen los materiales y los analizan y discuten con seriedad. Los asuntos se presentan con meses de antelación y las posturas a favor y en contra son públicas y sus proponentes no sólo respetan a sus contrarios, sino que se asumen como proponentes, no como enemigos.

El caso del Estado de California en Estados Unidos es muy distinto. Ahí las consultas cobraron popularidad cuando un grupo de ciudadanos propuso el establecimiento de límites a los impuestos prediales, lo que abrió la caja de Pandora.

Una medida tan popular como esa fue inmediatamente aceptada por los votantes, lo que trajo dos consecuencias: por un lado, disminuyó drásticamente la recaudación fiscal, afectando la provisión de servicios municipales; por el otro, inició una avalancha de consultas que, típicamente, son decididas no por lo sustantivo del tema, sino por el carisma del proponente o los intereses de los medios.

Lo peligroso es el procedimiento que le es...

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