Luis Rubio / Nuevo paradigma

AutorLuis Rubio

México no puede confundirse con una democracia en la actualidad. A pesar de que se han venido adoptando algunas de las formas de la democracia, sobre todo en el plano electoral, subsiste un sinnúmero de prácticas políticas que se acercan más a esquemas autoritarios que a los democráticos. No se pretende negar los enormes avances que el País ha logrado a lo largo de los últimos años, pero sí ponerlos en perspectiva. Los avances son enormes, pero los retos hacia adelante son tan grandes y más complejos que los ya superados, que es imposible pretender que se ha arribado al puerto anhelado.

Tan importante es arribar a un nuevo estadio de desarrollo político, como avanzar en esa dirección. La experiencia de los últimos años, sobre todo a partir de 1997 en que, por primera vez, el PRI perdió la mayoría en la Cámara de Diputados y el Gobierno ha tenido que coexistir con un Congreso cada vez más fragmentado, es poco promisoria. Los consensos han sido pocos y los avances todavía menores. Lo peor es que se sigue pretendiendo un consenso sobre objetivos, cuando lo único posible, y deseable, es un acuerdo sobre los medios, los procedimientos, para avanzar hacia adelante.

La complejidad de los procesos de cambio político es enorme e inevitable. Una vez que una nación decide transformarse para avanzar hacia la democracia, todas sus estructuras comienzan a experimentar diversos grados de convulsión. El paso de un sistema en el que existen mecanismos verticales de control hacia uno en el que el ciudadano es el principio y fin de los procesos de decisión, entraña no sólo la conformación de un sistema electoral transparente y creíble, sino también de toda una gama de instituciones que lo hagan viable: desde una prensa moderna, analítica y crítica hasta un sistema judicial consolidado que permita dirimir conflictos dentro de un marco institucional en el que la violencia no tenga lugar.

Para funcionar, la democracia exige una gran riqueza institucional, algo que pocas veces se aprecia al momento de dar el primer paso en lo que es un largo camino de desarrollo político. México dio el primer paso, el de la democracia electoral, con gran éxito. El problema ahora es cómo mantenerlo y seguir adelante.

Al inicio de los 90, Ralf Dahrendorf escribió una larga carta en la que trataba la complejidad política que enfrentaban los países de Europa oriental. Liberadas del yugo soviético, las "nuevas" naciones confrontaban la necesidad de construir instituciones que les...

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