Luis Rubio / Norteamérica

AutorLuis Rubio

Trump ya es Presidente de Estados Unidos y ahora sigue la realidad. Aunque su discurso inaugural incluyó elementos claros de lo que espera hacer, en este momento todo queda en el plano de las expectativas y posibilidades. Como escribió Spinoza en el siglo XVII: "En la vida práctica estamos obligados a seguir lo que es más probable. En el pensamiento especulativo estamos obligados a seguir la verdad". ¿Cuál será la verdad?

He observado a Trump desde que emergió como el candidato republicano a la Presidencia y, tratando de ser objetivo, he analizado sus planteamientos, su contexto y el abanico de posibilidades para determinar qué parte cree y cuál es meramente retórica pero, sobre todo, qué es posible en el mundo real en lo que a México atañe.

Aunque dado a frases lapidarias e incendiarias en su discurso -y tuits- cotidianos, el nuevo Presidente es (como uno esperaría de un empresario) hiperpragmático, con pocas creencias o convicciones fijas (como, por ejemplo, si las tiene Obama o las tuvo Reagan, con quien con frecuencia se le compara) y que, en consecuencia, se moverá por ensayo y error. Es posible que, por esa razón, cometa errores grandes de inicio que luego irá corrigiendo. La clave (o el factor suerte) radicará en no estar en la línea de fuego mientras cometa esos grandes errores...

El planteamiento es uno de repliegue, que implica reorganización, racionalización y replanteamiento. Aunque con una retórica muy distinta, esto no constituye un rompimiento con Obama sino, más bien, su continuación por otros medios. Obama comenzó el proceso de repliegue militar en Medio Oriente y, en el plano migratorio, habrá deportado a casi tres millones de personas en su Administración. Trump seguramente hará mucho más ruido sobre estos asuntos, pero la substancia probablemente será más similar que distinta. El único tema en que Trump y Obama difieren radicalmente es en materia comercial: para Obama el comercio es parte de la solución, en tanto que para Trump es parte del problema.

El planteamiento medular de Trump radica en la reconstrucción (o recreación) de la fortaleza económica estadounidense. Para él, la actual debilidad de su país se deriva de los excesos de su política exterior, así como del movimiento de plantas manufactureras a otros países y el crecimiento de las importaciones.

En este contexto, es obvio lo que Trump haría si Estados Unidos pudiese abstraerse del mundo. Sin embargo, lo que...

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