Luis Rubio / ¿Gobierno o revolución?

AutorLuis Rubio

En la visión histórica de la izquierda, se tomaba al gobierno no como producto de una elección, sino como resultado de una revolución o, en todo caso, de una toma del poder. El objetivo era el poder y los medios eran lo de menos: tomar el poder para cambiar al mundo.

El comportamiento de Morena en el Congreso en los meses pasados hace pensar que muchos de sus contingentes todavía no ven una diferencia: para muchos de esos grupos (o tribus, como se les solía llamar en el PRD), lo importante es tener el poder para llevar a cabo un cambio radical y no el de gobernar para toda la ciudadanía, como se esperaría de un Gobierno en un sistema democrático.

La pregunta es dónde está el nuevo Gobierno: en las reglas democráticas o en las revolucionarias.

Hay tres ángulos que pueden ser observados: primero, la avasalladora victoria y sus implicaciones para quienes desde hace un mes detentan ya formalmente el poder.

Segundo, la complejidad inherente a una coalición tan diversa, dispersa y con racionalidades contrapuestas.

Y, finalmente, en tercer lugar, la visión tan ambiciosa que el Presidente ha esbozado para su Gobierno.

Cada uno de estos elementos entraña sus propias dinámicas que al combinarse, como se ha podido ver con el desastre de la gasolina, tienen una alta propensión a producir desencuentros.

El triunfo de Morena fue tan abrumador que sorprendió hasta a sus propios contingentes, quienes no han reconocido su triunfo como producto de un voto democrático. De hecho, hasta la fecha no ha habido un reconocimiento al Instituto Nacional Electoral, al Tribunal o a los procedimientos democráticos que llevaron a ese triunfo.

Para muchos de sus integrantes no fue una elección, sino un reconocimiento de su poder. La diferencia práctica podría parecer nimia, pero en realidad es más que trascendente porque determina la naturaleza del juego político: será un Gobierno que se apegue a las reglas del juego político civilizado o intentará cambiar la realidad barriendo con toda la estructura legal, imponiendo su ley como si se tratara del Viejo Oeste.

La coalición que construyó Morena será sin duda la parte más compleja del Gobierno de AMLO. La coalición incluye personas y contingentes que van desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, pasando por ex guerrilleros, intelectuales, grupos de base, priistas, panistas, perredistas, grupos de choque, empresarios. Cada uno de estos grupos o tribus tiene sus propios objetivos y muchos son incompatibles con los...

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