Luis Rubio / La elusiva confianza

AutorLuis Rubio

Cuenta una anécdota que como lectura de verano en 1835, el periodista inglés John Wilson Croker se llevó un listado de todas las personas que habían sido condenadas a muerte durante el reino del terror en la Francia revolucionaria. Miles fueron guillotinados por crímenes que iban del acaparamiento de víveres hasta conspiración contra la república, pero incluyendo cosas nimias como tumbar un árbol.

Horrorizado, Croker se preguntaba algo que nunca ha sido aclarado: ¿cómo es posible que eso haya sucedido?

Del optimismo al terror, de los grandes planes a la realidad, de la confianza al cinismo. La Revolución Francesa comenzó con un espíritu transformador y acabó anegada en el terror que instigó el celo de los revolucionarios.

En el mismo sentido, cuando el Presidente reconoce que detrás de la crisis que caracteriza a la sociedad mexicana en la actualidad hay un problema de confianza, se abre la posibilidad de comenzar a otear un horizonte menos alarmante.

"La confianza", afirmó la cabeza del Eurogrupo en las recientes negociaciones con Grecia, "viene a pie y se va a caballo".

El Presidente Peña comenzó su Gobierno con todo a favor. Con menos votos de los que anticipaba, su habilidad política y claridad de propósito más que lo compensaron. Rápido construyó una plataforma de credibilidad y confianza que, aunque no consolidada, parecía prometedora.

Los números mostraban que su popularidad no ascendía, pero la aprobación de reformas extraordinariamente ambiciosas, sobre todo en energía, abrían la puerta para una transformación del País en el largo plazo. Nada mejor que hechos para afianzar la confianza.

La realidad ha tomado otro curso. En lugar de que los pasos que sistemática y premeditadamente se fueron dando para ganarla, la confianza se evaporó: a caballo, a toda velocidad.

A nadie debiera sorprender este resultado: el Gobierno alienó a todo mundo, priistas y todos los demás; ni siquiera tuvo la humildad de construir un equipo integrado dentro del propio Gabinete. Cuando todo depende de las acciones de (muy pocos) individuos en lo personal, el riesgo de que algo salga mal es enorme.

El plan inicial avanzaba con precisión militar. Sin embargo, en la medida en que se fueron evidenciando fallas en el proceso, fuentes de corrupción e incapacidad de respuesta, la escasa confianza se colapsó. La soberbia del primer año y medio acabó traicionando al proyecto.

El reto para el Gobierno es más complejo de lo aparente porque modificó las reglas del juego...

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