Luis Manuel Garza / Retrógrados

AutorLuis Manuel Garza

El sábado leí una noticia en el suplemento The New York Times de este periódico que me llamó la atención, sobre los divorcios en Gran Bretaña, pues al leerla me enteré de que en aquella nación no existe el divorcio por mutuo consentimiento.

El punto central de la noticia era que muchas parejas casadas con deseos de divorciarse simulaban un pleito legal, inventando causales de común acuerdo, con tal de obtener la disolución del vínculo.

Y muchas de esas causales resultaban irrisorias o absurdas, como el caso de la mujer que demandó el divorcio porque a su esposo le resultaba excitante que ella se vistiera y hablara en el idioma de un personaje de la raza klingon de "Viaje a las Estrellas".

O el tipo que demandó el divorcio porque su esposa le preparaba frecuentemente "con premeditación, alevosía y ventaja" el platillo que más detestaba: guisado de atún.

Pero la causa de estos disparates no es que los ingleses estén chiflados, sino que están atrasados en el tema de derechos civiles y libertades, al menos por lo que hace al divorcio.

Porque allá solamente existen cinco causales de divorcio: adulterio, comportamiento irracional, abandono por más de dos años, separación amistosa por más de dos años y separación en conflicto por más de cinco años.

Bajo este escenario de reducidas opciones, a las parejas que ya están de acuerdo en divorciarse, pero no están separadas o están en separación amistosa incipiente y no quieren esperar a cumplir el plazo ni acusarse en falso de adulterio, sólo les queda el comportamiento irracional.

Entonces, lo que hacen es inventar una causal absurda, como aquella del sujeto al que le demandaron el divorcio supuestamente porque le cambiaba demasiado rápido a los canales de televisión, o al otro porque dormía con su tarántula en una caja de vidrio al lado de la cama.

Y es que es tan amplia la gama de conductas que pueden considerarse irracionales, que la falta de un mecanismo legal para que los casados disuelvan su matrimonio de común acuerdo y en paz fomenta la creatividad de los abogados ingleses.

Pero esto no es nada nuevo.

A principios del siglo 19 se establecieron leyes...

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