Luis A. Treviño/ Héroes anónimos

AutorLuis A. Treviño

Hace algunos días fui testigo de una sencilla pero emotiva ceremonia donde se le entregó una placa de reconocimiento a un doctor por sus 30 años de servicio al frente del Hospital de Ginecología del IMSS.

El doctor es una persona de porte sencillo, de pocas palabras, pero de una gran vocación de servicio, de un gran corazón y enorme sensibilidad hacia la función que le tocó desempeñar: entender la unidad hospitalaria a la cual ha llegado a esta ciudad una gran cantidad de regiomontanos en los pasados 30 años.

En su nueva etapa de vida profesional va a enseñar los valores que él recibió y desarrolló en el desempeño diario de su función a nuevas generaciones de médicos en el vecino estado de Coahuila.

¡Cuántas anécdotas, situaciones de alegría, de preocupación, de impotencia, de satisfacción, habrá vivido en su carrera profesional al frente de este hospital!

Cuántos médicos, enfermeras y técnicos habrán aprendido, con su ejemplo, cómo es la verdadera vocación de servicio para con sus semejantes.

No simplemente el desempeño de un trabajo a cambio de una remuneración sino una labor apostólica y vocacional que deja sus frutos en el personal que estuvo con él y en los pacientes que recibieron su trato y su servicio.

Al igual que el doctor, han existido y existen en nuestra ciudad, en nuestro México y en nuestro mundo, personas que pasan haciendo el bien, dejando testimonios de principios y valores tradicionales. Cumpliendo con su función, pero dando un extra, cumpliendo con su deber, pero formando escuela.

Pasando inadvertidos para la sociedad, por la sencillez y humildad con que se portan, pero al mismo tiempo dejando un ejemplo a su alrededor que con el tiempo debe dar abundantes frutos.

Por otro lado, existen personajes célebres cuya imagen ha dado la vuelta al mundo y ha ocupado encabezados en todos los periódicos, mientras los comentaristas de radio, televisión y periódico han dedicado grandes espacios en sus noticieros y columnas para hablar de ellos.

Tenemos claros ejemplos como el "Mosh", personaje singular que encabeza el Consejo General de Huelga de la UNAM, cuya única contribución a la sociedad ha sido de connotación negativa.

Un subproducto del sistema político mexicano que, al igual que las células cancerosas, ayudó a desarrollar un tumor maligno en la Universidad de México, poniéndola a las puertas de la muerte y causando daño casi a 250 mil jóvenes que perdieron un año de sus vidas. Pero que las consecuencias las sufriremos por...

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