Ludopatía: Una adicción que destruye

AutorEL NORTE/Especial

En su novela "El Jugador", Dostoievski plasmó con singular maestría su tragedia: un jugador empedernido.

Quizá él no lo sabía pero su adicción al juego ha tomado en la era moderna el nombre de ludopatía y fue a partir de 1975 que se empezó a estudiar como enfermedad.

Su reconocimiento oficial se produjo en 1980 a partir de que la Asociación de Psiquiatría Americana en su Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales incluyó el juego patológico dentro de los trastornos del control de impulsos.

La Organización Mundial de la Salud coincide con esta clasificación.

Obviamente no es igual quien se gasta unos pesos en una quiniela que aquel consume todo su sueldo en los juegos de azar.

El que más preocupa es el jugador patológico, aquel que autores como H. R. Lesieur describen como "aquella persona que fracasa progresiva y reiteradamente en su intento de resistir el impulso de jugar, aunque tal implicación en el juego provoque problemas en su vida personal, profesional y familiar".

En España, la asociación Jugadores Anónimos distingue tres tipos de jugadores, de acuerdo a un artículo de la revista Palabra.

El jugador serio dedica mucho tiempo a jugar, sin que esa conducta traiga consecuencias graves para su familia.

El dependiente utiliza el juego para aliviar su ansiedad y pudiera tener en ocasiones problemas con su familia, los cuales resolverá abandonando temporalmente dicha actividad.

Mientras que el compulsivo, a diferencia de los anteriores, pierde el control de su conducta de juego.

También existe el ex jugador patológico quien, aunque ha conseguido la abstinencia del juego, todavía presenta una huella de esta conducta.

Entre los jugadores habituales la edad, sexo y condición social no respeta límites, pero sí llama la atención el alto número de jóvenes afectados.

Buscando explicación a esto se dice que tal vez se debe a que están más expuestos al juego, o porque todavía no han alcanzado una personalidad madura o bien por la influencia de la conducta de unos padres jugadores,

Aunque también pudiera existir una predisposición innata a la adicción, como lo han señalado autores como Jorge García Montegud, quien señala que "no se trata de determinismo -aclara-, sino de factores de riesgo que pueden repetirse con asiduidad en individuos que han sido calificados como patológicos".

En su tesis doctoral presentada en la Facultad de derecho Canónico de la Universidad de Navarra, García Montagud, un sacerdote valenciano de 28 años...

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