Lucrecia Lozano / Mil dólares

AutorLucrecia Lozano

El Estado de California tiene uno de los más altos ingresos per cápita de la Unión Americana. Es también una de las entidades más pobladas y con mayor diversidad étnica y cultural. Habitantes de origen latinoamericano, asiático y afroamericano coexisten con una población europea y sectores que descienden de indígenas nativos.

San Francisco es un verdadero crisol cultural. Junto a las fastuosas zonas urbanas enmarcadas por hermosas casas victorianas establecidas durante la fiebre del oro que atrajo a la costa oeste a miles de inmigrantes a mediados del siglo 19, se destaca el famoso barrio chino. En él habita una de las concentraciones de población de origen chino más numerosas fuera de China continental. También están el barrio japonés y las zonas en las que se concentran los inmigrantes hispanos.

Seguramente, la integración de una población de tan variados orígenes respecto a los valores cívicos representativos de la cultura estadounidense es un proceso complejo y largo. No obstante, uno puede percibir en la ciudad y en las zonas conurbadas la existencia de una cultura social orientada a atender las reglas y normas, lo que se traduce en una convivencia cívica armoniosa.

Los automovilistas respetan el límite de velocidad y la luz de los semáforos, en los cuales se indican los segundos de que disponen los transeúntes para cruzar la calle antes de que se ponga la luz verde. Los peatones, a su vez, cruzan las calles en las esquinas y no andan toreando a los vehículos. Sin excepción, todos los cruces de calles tienen pintada el área de circulación peatonal.

El transporte público de la ciudad es excelente, con muy buenas conexiones y rutas, de tal manera que el automóvil no es una necesidad para movilizarse en ella. Las unidades, sin ser ultramodernas, están bien cuidadas y limpias, y los choferes son respetuosos con los pasajeros, no juegan a las carreras entre sí o se les cierran a otros vehículos, poniendo en peligro a los usuarios.

En un reciente viaje a la ciudad, nos llamó la atención leer señales que indicaban la prohibición de estacionarse en algunas calles en ciertas horas porque el transporte escolar recoge y deja a estudiantes, o el servicio de limpia pasa rutinariamente a hacer sus labores. Ningún conductor viola esas disposiciones. Todos...

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