Una lucha en alta mar

AutorMauricio Ramos

A principios del Siglo 20, justo antes de la Primera Guerra Mundial, dos países europeos protagonizaron una de las batallas de conquista más peculiares de la historia: la del Polo Sur.

En agosto de 1901, toda Inglaterra depositó su confianza en un experimentado capitán de nombre Robert Falcon Scott, quien al mando del navío Discovery tenía la certeza de conquistar el casquete polar para la corona inglesa; sin embargo, fracasó.

En 1907, un destacado marino mercante de origen irlandés llamado Ernest Shackleton recibió su primera oportunidad para dirigir una expedición polar.

Su carismática personalidad le había servido para destacar entre los tripulantes de Scott; sí, él estuvo en la expedición del Discovery e incluso el mismo capitán se veía retado por su presencia.

Shackleton aprendió mucho a bordo de ese barco, pero no lo suficiente como para llevar a otro, el Nimrod, hasta el centro del Antártico.

Los ingleses habían fracasado por su incapacidad para moverse sobre la nieve, disciplina que los noruegos dominaban a la perfección.

No obstante su primer fracaso, Shackleton consiguió una segunda oportunidad en 1906 que lo convertiría en héroe nacional a pesar de no lograr la conquista del Polo, ya que superó las proezas de Scott llegando a tan sólo 160 kilómetros de la hazaña.

En 1910 una noticia estremeció a los ingleses: Roald Amundsen, el famoso explorador noruego, había dejado su proyecto en el Artico para conquistar el Polo Sur.

Sin pensarlo, Scott retó al noruego y preparó la que sería, sin saberlo, su última expedición. Dos años más tarde, el 16 de enero de 1912, Scott finalmente llegó al Polo (89í sur) sólo para encontrarse con la bandera noruega.

Scott nunca regresaría para contar su tragedia, pero en 1913 su diario fue rescatado y en él se pudo leer a un capitán agonizante que intentó narrar el fracaso de su expedición. Sus últimas palabras fueron: "...es una pena, pero no puedo seguir escribiendo".

El corazón del Antártico

Amundsen había conquistado el Polo para Noruega, pero Shackleton no se dio por vencido y decidió cruzar caminando el continente antártico.

Así, en agosto 8 de 1914 "La Expedición Imperial Transantártica" partió de Plymouth, Inglaterra, en un bergantín (velero de tres mástiles) llamado Polaris (al que por motivos personales Shackleton nombró Endurance) con una tripulación de 27...

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