¡Lotería con la gloria!

AutorÁngel Rivas

Glorias, bolitas de leche, rollos de guayaba rellenos de cajeta, gusanitos, conitos, borreguitos, besos indios, obleas y quesos de nuez, entre muchos otros, le dan un dulce toque de sabor a la gastronomía norestense.

Sin embargo, en todo México podrán degustarse gaznates, pepitorias, trompadas, mostachones, muéganos... que todavía se ven por ahí en tarimas o canastas en una que otra esquina de Monterrey y de muchas otras ciudades, como la Capital.

Esta última es uno de los lugares que todavía conservan la cultura dulcera.

"Es una tradición que está a punto de perderse", reclama el investigador y escritor gastronómico Marco Buenrostro.

Aún quedan algunos vendedores fijos o recorriendo las calles con su mesa de tijera y una charola de melosos tentempiés.

En otros tiempos traían calabazates, dulces de camote y acitrón (dulce de biznaga). Este último ya no se prepara, pues está vedado y se ha sustituido por chilacayote.

Muchos son de herencia precolombina y otros más derivan de la tradición conventual, pero también de la influencia de los españoles, que trajeron la vaca y la cabra, cuyas leches sirvieron de inspiración para su elaboración.

Algunos de los que nacieron en los conventos llegaron a las calles porque las cocineras que ayudaban a las monjas los reproducían en casa. Así pasaron las recetas a los dulceros de charola y tijera de madera.

Por la República

La tradición de los dulces en otras regiones:

+ En el norte se encuentran dulces hechos a base de leche de vaca o cabra, a veces con canela, nuez o coco, pero además frutas cristalizadas, como el camote y la calabaza, rollos de guayaba y cacahuate garapiñado.

+ En la costa del Golfo se venden plátanos y camotes enmielados.

+ En la costa del Pacífico son comunes las cocadas de colores.

+ En la Ciudad de México sobrevive la variedad de merengues.

MUÉGANO

Pequeños cubos de harina fritos que se aglutinan con miel de piloncillo o de agave formando esferas.

PALANQUETA

Originalmente se disponía el cacahuate en una charola, se vertía miel y se vendía por pedazos.

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