Lorenzo Meyer / Sin pasado propicio

AutorLorenzo Meyer

A más de siete años de la salida del PRI de Los Pinos, es claro que la supuesta democratización mexicana no avanza como se suponía. Es más, existe la posibilidad de que en vez de consolidación real, México termine con un régimen híbrido, mezcla del viejo autoritarismo con ciertos rasgos de democracia, que finalmente carezca de la energía para sacar al país del estancamiento en la mediocridad.

El indicador más reciente de que las cosas no marchan como debieran es la supresión de un espacio informativo crítico en la radio, el de Carmen Aristegui, por presiones de empresarios y malestar de políticos. Otro no muy lejano es la decisión de la Suprema Corte de no considerar que un Gobernador, el de Puebla, violó las garantías individuales de una periodista que denunció los abusos de pederastas con poder económico y político.

Otro más: la descomposición de la supuesta "joya de la corona" del sistema electoral mexicano, el Instituto Federal Electoral, así como la corrupción en las compras del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Y la lista sigue: la reactivación de la guerrilla -el EPR-, la agudización de la violencia del narcotráfico, etc. Sin embargo, la muestra más preocupante de la falla en el proceso político mexicano sigue siendo la persistencia de la polarización; la no aceptación del resultado electoral del 2006 por una parte de la ciudadanía.

Una hipótesis

Hace más de 40 años, un clásico de la sociología política comparada, "Los orígenes sociales de la dictadura y la democracia" (Península, Barcelona, 1973 [1966]), de Barrington Moore Jr., puso de manifiesto lo peculiar de las circunstancias históricas que habían dado lugar a las primeras grandes democracias. Comparando, por ejemplo, a Inglaterra con Alemania en sus procesos de industrialización, resaltó la fuerza de la burguesía en la primera y su debilidad en la segunda. Esa diferencia llevó a Alemania a una dictadura y a la democracia en Inglaterra.

En años más recientes, Fareed Zakaria, un conocido analista en Estados Unidos de origen hindú, puso al día la tesis de Moore -"sin burguesía no hay democracia"- de manera más radical y examinando nuevamente el proceso histórico de Inglaterra y de su descendiente político más directo, Estados Unidos. De ese análisis histórico -que no incompatible con el marxista-, Zakaria concluye que el establecimiento exitoso de una democracia política en ciertos países de Occidente tuvo como antecedente necesario un largo periodo no...

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