Logra maestría ...¡a los 85 años!

AutorFélix Barrón

Su primer día de clases fue emocionante. Era agosto del 2008, y José Antonio Villarreal de la Garza, entonces de 81 años, decidió volver a un salón de clases: estudiaría la Maestría en Humanidades en la UDEM.

No hubo una presentación formal entre los estudiantes, pero el compañero sentado a su izquierda le sacó plática.

-Oye, güey, ¿a qué te dedicas?, le preguntó.

"Mis compañeros me tomaron como un buey", cuenta riendo el sampetrino al recordar la anécdota, casi cinco años después. "Pero los jóvenes no son irrespetuosos, así se habla ahora, son más abiertos y honestos.

"Eso me hizo sentir que yo ya era parte de la cultura que imperaba en el salón".

Y así, a los 85 años, culminó sus estudios de posgrado el viernes pasado al presentar su tesis, donde obtuvo el grado de excelencia.

I

En la introducción de su tesis, titulada "México 2012. Tienen Hambre", define el motor que lo llevó a seguir preparándose.

"A los 80 años", escribió, "despertó el interés por completar mi formación y conocimiento. Intuía que me faltaba realizar una revisión moral; desarrollar una perspectiva filosófica o de sentido del arco de mi vida; reconocer mi responsabilidad (...) y realizar un esfuerzo honesto para contribuir a mejorar la sociedad.

"Me aventuré a prepararme mejor mediante el conocimiento y la cultura. Con este propósito me inscribí en la Maestría en Humanidades en la Universidad de Monterrey".

Así comenzó una nueva aventura en su vida.

José Antonio nació el 22 de septiembre de 1926 en Nuevo Laredo. Posteriormente se vino a vivir a Monterrey, de donde se graduó en 1948, a los 22 años, de Ingeniería Química en el Tec de Monterrey. El número de su matrícula: 86.

"Estaba medio hueco", dice bromeando. "Me faltaba esa formación humana, ética y filosófica, áreas tan hermosas que en la carrera nunca vimos. Por eso quería estudiar humanidades".

Al regresar al aula, donde la mayoría de sus compañeros rondan los 30 años, encontró grandes diferencias.

"El ámbito en que se desarrolla la vida humana, en que se emplea el joven actualmente, es diferente. A mí me tocó la época en que el alumno aún tenía el cordón umbilical en el seno de su familia", dice el también empresario.

"El joven de ahora es quizá más libre. Tiene un carácter de independencia que no teníamos nosotros, ya que seguíamos ligados al terruño, a la familia".

II

El reto empezó con la primera tarea: el maestro les pidió buscarla en el portal.

"¡¿Cuál portal?!", se preguntó Antonio, por lo que le marcó a su...

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