Su otra llama

AutorYanireth Israde

Libre de confinamientos, la curiosidad de Octavio Paz indagó la primigenia explosión del universo -el Big Bang, o el gran pum, como él le llamaba- y otras gestaciones, la del cerebro humano, por ejemplo.

La avidez del poeta por la ciencia ha sido reconocida por investigadores como el estadounidense Gerald Edelman, Nobel de Medicina, y el mexicano Enrique Soto, responsable del Laboratorio de Neurofisiología Sensorial de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y autor de un ensayo que reflexiona sobre los aportes neurofisiológicos de Paz en La llama doble. Amor y erotismo.

Carlos Chimal, autor de Luz interior. Conversaciones sobre ciencia y literatura, destaca la comprensión del Nobel de Literatura mexicano por los temas científicos, tan rápida como profunda.

"Paz leía de ciencia, estaba al tanto: sabía", afirma la escritora Elena Poniatowska, cuyo esposo, el astrónomo Guillermo Haro, fue uno de los científicos que promovieron el ingreso del poeta a El Colegio Nacional, institución que hoy, a las 19:00 horas, lo recordará en su 20 aniversario luctuoso.

Los escritores, en cambio, manifestaron reticencias para aceptarlo en el organismo, revela Ángel Gilberto Adame, autor de la biografía Octavio Paz. El misterio de la vocación.

Poniatowska conserva la carta que Paz dirigió a Haro...

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