Literespacio / De escritores y alumnos

AutorDulce María González
  1. Un escritor responsable

    La frase menos creativa que he escuchado últimamente acerca del oficio de escribir la dijo Álvaro Enrigue hace unos días, durante la presentación de su última novela en el Centro Cultural Universitario. Enrigue aseguró que escribe para pagar las colegiaturas de sus hijos.

    Con esa imaginación, vaya usted a saber a quién se le ocurra leer la novela que presentó en nuestra Máxima Casa de Estudios. ¿Por qué no inventó una mentira aberrante, alguna tarugada genial, si se supone que para eso estamos los escritores?

    Ante la pregunta de por qué se escribe, he escuchado de todo. Un compañero de taller afirmaba que escribía porque no sabía cantar. Otro decía que era para dar de comer a la araña y la mayoría solía responder con un rebelde "porque sí" o un retador "porque me da la gana".

    Hace más de 10 años me encontraba mesereando en un restaurante de Tel Aviv y a un comensal se le ocurrió preguntarme qué hacía en esa ciudad. Le respondí que estaba ahí para escribir. "¿Y por qué en Tel Aviv?", preguntó, a lo que respondí con enorme honestidad: no tenía la menor idea.

    Una cosa me queda clara en este momento: no buscaba la manera de pagar colegiatura alguna. En todo caso, complicaba esa tarea al endeudarme. Con mi trabajo de entonces, como mesera en una pizzería, buscaba aligerar las exigencias mundanas y educacionales. Con el fin de escribir, nada menos.

    Nunca imaginé que podía hacerse lo contrario (escribir para pagar las cuentas). Y de haberlo pensado, jamás lo hubiera declarado ante un micrófono. Siempre es mejor decir que una escribe para no dejarse morir.

    El argentino César Aira asegura que escribir es lo único que sabe hacer más o menos bien. Paul Auster cambia de opinión en cada entrevista: escribe por placer o por la fascinación que le provoca el hecho de que escribir no sirva para nada.

    Si me preguntan, respondería que escribo porque es muy interesante andar en las nubes. El mundo es bastante soso. Al escribirlo adquiere brillantez y, a veces, dolor. Me gusta que el mundo brille, aunque duela. Hay un toque "sado" en ello, lo sé. Así es la literatura.

    Patricia Laurent escribe para que la quieran. Armostrong Free Lance, conocido bloguero español, escribe porque está enfermo de graforrea. Javier Cercas declara en el diario El País que escribe porque desde que tenía 15 años no le ha pasado nada interesante y agrega algo que debe tomarse en cuenta a la hora de reflexionar sobre los programas de becas a creadores:

    Escribo...

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