Liter Espacio / Marta, Evita, la Hillary y el comentario misógino

AutorDulce María González

No es precisamente el arribismo político lo que nos preocupa en relación a las pretensiones de Marta Sahagún, y tampoco creo que la actitud crítica con la cual tantas mujeres relacionadas con el mundo intelectual, político y cultural abordan el tema se deba a la falta de solidaridad femenina o a la incapacidad de trabajar en equipo a que se refirió Beatriz Paredes durante su participación en el evento "Diálogo entre mujeres" el pasado lunes en Marco.

Tal como señala Luis Manuel Garza en su editorial del miércoles 3 de marzo, la opinión de Paredes contradijo la organización misma del Foro en el que participaba. Acaso lo que provoca malestar sean los mecanismos a través de los cuales la esposa del Presidente Fox asume un lugar de poder que no le corresponde.

De entrada, habría que recordar que en una sociedad democrática no se puede acceder a un puesto público sin pasar por un proceso electoral, lo cual se ha comentado hasta el cansancio. Por otro lado, quienes opinan que el rechazo generalizado a la señora de Fox se debe al machismo mexicano, tienen razón, pero sólo en parte.

El asunto que nos interesa aquí, y aprovechando que estamos en vísperas del Día Internacional de la Mujer, se refiere a la indignación femenina que provoca el comportamiento de Sahagún. ¿Qué punto neurálgico nos toca a las mujeres con su actitud?

En el libro "Equidad para mujeres", publicación que recoge la memoria del encuentro organizado por María Elena Chapa (actual presidenta del Instituto Estatal de las Mujeres) en mayo y junio del 2003, y el cual se presentará el lunes 8 de marzo en el Museo de Historia Mexicana, los textos de Sara Sefchovich y Dulce María Sauri, además de inteligentes y certeros, arrojan luz sobre el tema.

Sauri habla de la existencia de una mirada femenina en relación a la política, un punto de vista diferente al masculino que enriquece sus dinámicas y mecanismos. Su reflexión incide directamente en los cuestionamientos contemporáneos en torno al género. Tomando en cuenta que las mujeres somos diferentes a los hombres (de ahí que el término "igualdad" sea haya sustituido por el de "equidad"), el feminismo actual se pregunta por la identidad de la mujer más allá de las definiciones y los roles que históricamente le ha impuesto el hombre. La propuesta de Sauri parte de la idea de desigualdad de perspectiva, y enseguida propone sumar esta diferencia en lugar de oponerla a la masculina. ¿Cómo hacerlo? Exigiendo y haciendo uso de nuestro derecho a...

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