Una lista de deseos

AutorPatricia Miranda

ENVIADA

NUEVA YORK, Estados Unidos.- Activa e inabarcable. Es tal el dinamismo de la ciudad que para descifrarla hay que andar como los neoyorquinos, a buen ritmo, con la mente abierta y los sentidos bien despiertos.

Ambicioso sería querer comérsela de un sólo bocado. Hay tanto por probar que -como en un buen brunch- es obligatorio ser selectivos. Aunque siempre se vale volver por un poquito más.

Cinco son los distritos que la conforman (el Bronx, Brooklyn, Manhattan, Queens y Staten Island). A el primero llegan los aficionados al beisbol que desean ver un partido en el Yankee Stadium, los amantes de la literatura que buscan inspiración en el Edgar Allan Poe Cottage y los que desean ver el Jardín Botánico de Nueva York.

Brooklyn, más allá de ser catedral de la pizza, es el distrito que está en boga. Cada uno de sus barrios atrae con poderosos imanes a los viajeros.

DUMBO, acrónimo de Down Under the Manhattan Bridge Overpass, con sus calles adoquinadas, lo mismo es hogar de compañías tecnológicas que de galerías de arte, cafeterías y librerías de culto.

En Bushwick es posible tener una experiencia inmersiva. Originario de Venezuela, Espartaco Albornoz Abreu, no sólo da clases de graffiti, sino que orgulloso muestra su estudio e invita a dar una vuelta por el vecindario para mostrar parte de su obra. La despedida ocurre en la Tortillería Mexicana Los Hermanos, donde Espartaco come unos ricos tacos y los acompaña con un refresco Jarrito, bien frío.

Manhattan es considerado el corazón que bombea sangre al resto de Nueva York. El Distrito Financiero late. Los escaparates de la Quinta Avenida despiertan codicia. Recintos como el Museo Americano de Historia Natural, el Museo Metropolitano de Arte (MET) y el renovadísimo Museo de Arte Moderno (MoMA) se cuentan entre los más visitados. Los anuncios de Times Square invitan al consumismo y "miente con todos los dientes" quien diga que no se emocionaría de recibir ahí -aunque sea una vez en la vida- un Año Nuevo.

Aquí todo pulsa. Imperdible también es una visita al barrio de Hudson Yards, al oeste de Manhattan y levantado sobre un área que servía como un depósito de trenes. Ahí, hay un gran desarrollo urbano de uso mixto, que lo mismo alberga exquisitas estadías, como el Equinox Hotel, que oficinas y residencias.

No podía faltar una gran plaza con jardines, el glamoroso centro comercial (The Shops & Restaurants), un espacio destinado a la cultura y el arte (The Shed) y una peculiar obra diseñada por el...

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