Del Libro Malva / Por siempre libros

AutorOlga Aguirre

Fui educada en la idea de que el ocio es el padre de todos los vicios.

En la grande y olorosa casa de mi infancia era una costumbre mantenernos, a mis hermanos y a mí, ocupados en todo tipo de tareas: ayudar a limpiar el patio y los techos, limpiar y ordenar mercancía en la farmacia de abuela; las niñas aprendíamos a bordar y a coser en la máquina. Y todos leíamos, leíamos mucho.

Había tanto qué leer.

Estantes hasta el techo con enciclopedias, libros de Historia Universal, de Historia de México, del Hombre, de literatura universal; tratados sobre la vida en el mar, el enigma del espacio, la maravilla del cuerpo humano; magníficas revistas argentinas y cubanas, la extraordinaria Selecciones del Reader's Digest, la estupenda Life en español, la norteamericana Family Circle y muchas. Mis abuelos y mis padres se habían encargado de proveernos de una amplísima biblioteca.

En ese inmenso mar de palabras navegamos muchos mediodías de verano y muchas más noches al calor de la chimenea. Fuimos navegantes, buscadores de estrellas y planetas desconocidos, princesas y príncipes del misterioso oriente, viajeros infatigables alrededor del mundo, artistas, defensores, villanos, estrellas de cine, científicos...

El primer libro que elegí por mí misma en un pequeño catálogo fue "El Viejo y el Mar", de Hemingway, y costó siete pesos y yo tenía 14 años. ¿Cómo viví los días que tardó en llegar desde la Ciudad de México? No lo recuerdo, pero supongo que me mordí las uñas, como siempre.

Viviendo...

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