Leyenda sobre ruedas

AutorMaría Luisa Medellín

No tenía la confianza del entrenador. Otras eran las estrellas del ciclismo nacional en ese momento.

Sin embargo, Luis Rosendo Ramos Maldonado, a sus 18 años, y sin nada qué perder, sorprendió a todos al ganar la medalla de oro en los Campeonatos Panamericanos de San Cristóbal, Venezuela, tanto en ruta como en los 4 mil metros en persecución por equipos.

Su hermano Óscar recuerda que "Chendo", como le dicen a este deportista correoso y de frente surcada por líneas de expresión, conserva una grabación de aquella carrera de 1976.

"El locutor menciona por su nombre a los venezolanos, a los colombianos, pero en las vueltas finales se empieza a oír su voz emocionada, gritando: ¡México, México; ganó México!", exclama Óscar, reviviendo el episodio.

Rosendo, desconocido en los escenarios internacionales, se alzaba con la gloria.

Repetiría la hazaña dos años más tarde en Santo Domingo, República Dominicana, con el triunfo en 100 kilómetros contrarreloj por equipos y tercer lugar en gran fondo individual.

Dos oros se sumarían a su récord de gran fondo, en los Panamericanos de Caracas 83 e Indianápolis 87. En estos últimos también se trajo el bronce en 100 kilómetros por equipos.

Desde entonces, ningún mexicano ha vuelto a subir al podio en la carrera de fondo de los Juegos Panamericanos, y sus victorias al hilo sólo fueron igualadas por el canadiense Brian Walton en el 95 y 99.

Moreno, de ojos vivarachos y oscuros, Rosendo comenta en la sala de su casa, que en San Cristóbal, Venezuela, sus rivales no lo consideraban competencia.

"En el banderazo de salida nos fuimos cuatro. Había un ascenso de 4 kilómetros en cada vuelta de 17 kilómetros. Atrás, los ataques venían muy fuertes, pero nos alcanzaron hasta la quinta vuelta.

"Para entonces habían descalificado a dos piezas claves de nuestro equipo y el entrenador estaba triste. Tres venezolanos, dos de Colombia y yo empezamos a pasar. Ellos eran los favoritos, pero en el último ascenso se dieron cuenta de que no me había quedado y empezaron a atacarme. Al final, los de Colombia se abrieron y yo pasé por en medio hacia la meta".

Previamente, en 1975, Rosendo alcanzó el subcampeonato nacional mexicano en persecución individual, pero ni así lo incluyeron para los Olímpicos de Montreal 76; los puestos se asignaron a corredores consagrados.

Dice que habló con el presidente de la Federación de Ciclismo y él le prometió que si conseguía un buen resultado en San Cristóbal, lo incluiría. Con la medalla de oro...

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