Letra x Letra/ Vargas Llosa: El festín literario

AutorHugo Valdés Manríquez

Más allá del simple retrato de Rafael Leónidas Trujillo, Mario Vargas Llosa echa mano de tres líneas narrativas en La fiesta del Chivo para armar la radiografía del régimen que aquél presidió a lo largo de 30 años y mediante el cual tiranizó a 3 millones de dominicanos con la represión, la tortura, el asesinato y, acaso lo peor de todo, con la certeza de que sin su presencia el país no hubiese cambiado nunca ni marcharía en adelante con ese rigor moderno que el Benefactor le impuso.

De hecho, lo que se antoja la aportación más original de una novela sobre un tema común a los narradores latinoamericanos contemporáneos es el modo en que un personaje como Trujillo, casi un psicópata, moldea a su alrededor, entre servidores, familiares, amigos y buena parte del pueblo, una serie de comportamientos serviles, lacayunos, rayanos en lo patológico.

De allí que, a momentos, no se pueda discernir con facilidad qué personalidad es más patética y temible, si la del tirano al que apodan El Chivo o la de cuantos animan el remedo de corte que le va siempre a la zaga, sea en la vida pública o en la íntima.

Fiel a su vocación y gusto por la novela total, Vargas Llosa no defrauda en absoluto y, a pesar de que no nos entrega esta vez un novelón del tamaño de La guerra del fin del mundo, gracias a un oficio ejemplar y a su talento puede darnos una imagen muy completa de lo que fue la Era Trujillo.

Mientras que una de las tres líneas que componen el relato parte de la noche en que una conspiración se propone acabar con la vida del dictador, en mayo de 1961, hasta un par de meses después, cuando el presidente Joaquín Balaguer aventura los primeros pasos hacia una verdadera etapa democrática; y otra se ocupa del propio Trujillo, obsesivo en parecer refinado, acicalado hasta el ridículo y convencido, tanto como sus correligionarios, de ser un instrumento de Dios y por lo mismo merecedor del trato que se le rinde a un monarca; la tercera narra un breve pasaje de 1996: el regreso a República Dominicana de Urania Cabral, la hija de un importante ex funcionario trujillista caído en desgracia en las postrimerías de la dictadura, luego de permanecer fuera del país 35 años exactos.

La imbricación de épocas, acciones, tiempos, destinos, vidas, muertes que resulta de esta vertiginosa espiral formada por apenas 24 capítulos (prisma narrativo...

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