Letra x Letra/ Tom Wolfe: Todo un novelista

AutorHugo Valdés Manriquez

Todo un hombre, la reciente novela de Tom Wolfe, posee, entre varias otras, una virtud que los lectores podríamos desear de ciertos escritores latinoamericanos contemporáneos al autor de La hoguera de las vanidades: está escrita con la maestría que da la experiencia y la edad, y a la vez con la pasión de un joven. Eso lo consigue Wolfe en un volumen cercano a las 700 páginas que se lee con voracidad y entusiasmo, acaso contagiados por el espíritu cínico, acucioso, brillante y compasivo que preside el libro.

Wolfe escoge los destinos de tres personajes clave para conducirnos por la Atlanta de los años noventa, un caldo humano conformado por la variedad consabida del próspero estado de Georgia: la riqueza rayana en lo insultante al lado de una miseria pasmosa bajo el mismo cielo que, desde los tiempos anteriores a la Guerra de Secesión, vio crecer generaciones de hombres blancos y negros condenados a un antagonismo racial latente aun en las postrimerías del Siglo 20.

Conrad Hensley, un joven operario que sufre en carne propia el recorte de personal que las grandes empresas suelen hacer en las etapas de crisis financieras, será el Epicteto redivivo que iluminará a Charlie Crooker, un carismático multimillonario sureño hecho de la nada -y, cuatro décadas atrás, una celebridad deportiva como lo permite apreciar todavía su musculatura-, pero cuya ambición al pedir un cuantioso préstamo bancario lo regresará a la nada de la cual surgió.

La lectura constante de un libro sobre los filósofos estoicos que recibe Conrad por error introducirá el mundo precristiano en la Atlanta finisecular no sin una gran dosis de malicia autoral: si algunos personajes se rigen no ya bajo la mirada del buen Dios bíblico, sino bajo la férula de Zeus, es porque Wolfe ha advertido, oportuno, categórico, que la nación libre, rica y excitante que muchos desean ver en los Estados Unidos posee una grandeza semejante a la de la Roma imperial, incluidos sus aspectos miserables.

Por ello es que esta Roma del Siglo 21, en la que se padece "la resaca de los ochenta, la cruda de la fiebre del dinero" -como el propio Wolfe lo señaló en una entrevista que le hizo Fernando de Ita-, acusa ahora la fiebre de moralidad que se observa en la honesta actitud de Conrad y que decidirá el proceder final de Charlie Crooker ante el dilema de manipular o no la verdad para salvar su fortuna.

Sin embargo, Roger White, el tercer...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR