Leopoldo Espinosa Benavides: El viejo zorro de la contienda

AutorCésar Cepeda

Leopoldo Espinosa Benavides ocupa el asiento delantero de la camioneta Suburban blanca secándose el sudor producto de un mitin exitoso en la Colonia Moderna. Omar Cervantes, su coordinador de campaña, va en la parte trasera revisando la agenda de mañana. El chofer maneja rumbo a la Colonia San Bernabé, un barrio popular ubicado al norte de la Ciudad, donde lo esperan cientos de simpatizantes convocados por la presencia de Celso Piña, el gurú de la música colombiana.

"¡Chin!", maldice llevándose las manos a la cabeza el candidato del PRI a la Alcaldía de Monterrey, "¡la llamada a México!".

Polo, como le llaman sus amigos, seguidores y adversarios, busca en vano dentro de la bolsa de su camisa un papelito donde hace un rato anotó el número telefónico de un importante priísta integrante del Comité Nacional del PRI.

-¿Dónde está mi saco?, pregunta impaciente y desesperado.

Su chofer le recuerda que está colgado en la parte trasera de la camioneta, pero que todos sus papeles y pertenencias que había en él están guardados en el compartimento que tiene a su lado.

-Esa llamada es importantísima: ¿Por qué no me recordaste?

-Se me olvidó, se disculpa el chofer.

Este día ha sido muy agitado para la campaña de Polo, pero el candidato está contento, su equipo también, porque sabe que ganó muchos votos durante un debate televisivo realizado en la mañana.

En su día D, Polo hizo lo que nunca antes nadie había logrado: acorraló a su contendiente del PAN, Felipe de Jesús Cantú, cuestionó sus gastos de campaña con tal fuerza que logró enojar a su adversario.

Una hermosa y limpia estocada.

"Este muchacho tiene que aprender que ya no es oposición", dice Polo, mientras hace la llamada a la Ciudad de México, pero es interrumpida por otra que entra a su celular. Se trata de un líder de colonos que está molesto por un asunto que no han resuelto las autoridades y que amenaza en hacer una manifestación pública.

-Oye, líder, tranquilízalos, yo trato de arreglarlo, pero no quiero que hagan revuelo+ por lo menos no ahorita.

Polo corta la comunicación y se prepara para hacer de nuevo la llamada a México, pero otra vez es interrumpido por una llamada de un integrante de su planilla, que habla para confirmar si va a estar presente en el cierre de campaña de la candidata a diputada local Marcela Guerra.

-No puedo, se disculpa el candidato, hazme un favor: represéntame, diles que los quiero mucho, y a Marcelita dile que la quiero también, que estoy en alma, porque en cuerpo...

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