Lado B / Tatuaje nuevo para el puente

AutorMarco Granados

En el número de octubre de la publicación francesa Beaux Arts Magazine aparece un artículo firmado por Mina Marefat titulado "Bagdad, les desseins de Frank Lloyd Wright" (en español, "Bagdad, los designios de Frank Lloyd Wright"), en el que revisa cómo allá por 1957 al célebre arquitecto estadounidense se le solicita elaborar un proyecto que tenga como fin la modernización de la ciudad de Bagdad.

Lloyd elaboró un atractivo proyecto urbanístico en el que tomaba en cuenta la historia y la cultura de ese país. Y aunque en ese momento los planos y bocetos fueron considerados como inapropiados, fantásticos o incluso ridículos, hoy día nadie dudaría en tenerlos como fuentes de inspiración para la urgente reconstrucción de la capital iraquí.

Hago mención de ello porque aunque evidentemente no soy especialista de la arquitectura, nunca he dejado de creer (muy posmodernamente, lo acepto) que esa disciplina es en muchas ocasiones el síntoma inicial en los cambios estructurales de las sociedades contemporáneas, y no me refiero únicamente al aspecto matérico: para cuando se dan cambios evidentes en lo estructural ya ha pasado mucho tiempo, quizás años de análisis y revisiones que van mucho más allá del mero valor estético o de resistencia de materiales.

En el caso del artículo, es precisamente esa parte la que se enfatiza, es decir, la capacidad del arquitecto por desoccidentalizar, por decirlo de algún modo, su propuesta y por generar una que ahondaba en la circunstancia de un país como Iraq, específicamente el ancestral, aunque al final el cambio de régimenes, la caída de las monarquías y su posterior y muy cercana muerte diluyeron la posibilidad de que algún día esto se concretara.

Este año ha sido rico en exposiciones de arquitectura. El Marco presentó al mismo Lloyd Wright y a los Museos del Nuevo Milenio; en la Ciudad de México recién concluye en el Museo Rufino Tamayo la exposición "Matta-Clark: Proyectos Anarquitectónicos", donde se documentaban las intervenciones a inmuebles que el artista realizó en ciudades de Estados Unidos y Europa; y justo ahora se exhibe en el Museo Metropolitano de Monterrey "visión-arq-mty-2030", en la que a partir de una convocatoria se eligieron proyectos que revisaban y proponían la identidad que deberá tener el primer cuadro de Monterrey en el año 2030.

Aunque la idea no es muy original que digamos y la presentación física es pobre, hay que dejar en claro que para desarrollar una buena idea siempre es mejor si está...

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