Karen Batres / El precio

AutorKaren Batres

Hace poco un amigo comentó que el precio de gobernar es terrible, y es cierto.

Si alguna vez uno se pregunta sobre el porqué de la falta de participación política de los mejores hombres y mujeres de México, sólo hace falta echar un ojo al costo de hacerlo.

El primer golpe para un principiante es descubrir que la privacidad, endeble en las mejores circunstancias de la vida, deja de existir. Cualquier comentario, cualquier acto o evento, se someterá a la más dura y superficial crítica.

Hemos visto la tormenta en un vaso de agua que provocó algo que dijo Tatiana Clouthier sobre el resultado en el carácter al sobreponerse al cáncer ("Cáncer no te hizo mejor persona", jueves pasado en la Sección Local).

El grado en que un aspirante a gobernar tiene que cuidar, analizar y remendar lo dicho es suficiente para desalentar a cualquiera. Las críticas no dan margen de error, y menos margen de análisis.

Digamos que una persona que sufre y sobrevive el cáncer podría muy bien desarrollar una empatía y preocupación por los demás que padecen el mismo mal o cualquier otro. No importa. Lo dicho es un arma de destrucción masiva en manos diestras.

Las veces que Samuel García ha tenido que salir a disculparse por sus videos, al igual que Luis Donaldo Colosio acusado de misógino, ya son comida de todas las semanas. Las redes sociales son el AK-47 de cualquier crítico u opositor político del que sea aspirante a gobernar o del que ya gobierne.

Los videos -y siempre habrá videos- que se vuelven virales en redes sociales muestran los peores aspectos del pobre diablo que se lanza a querer ser electo. Contemplamos a García masticando y mirando la cámara, objetando a que su esposa enseñe tanta pierna.

La esposa, con mirada de venado sorprendido por los faroles del cazador, tampoco muestra su mejor momento. Son estos momentos, los instantes humanos, los defectos, la invasión instantánea de la vida cotidiana, que seducen a un público tan renuente al análisis como las víctimas.

El nivel de invasión es una consecuencia de la incapacidad de establecer límites de la generación actual de políticos. La sed de verse...

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