Karen Batres / Morir solos

AutorKaren Batres

La pandemia nos ha traído una vida llena de duda.

No sabemos cuánto tiempo va a durar, si habrá una vacuna a tiempo para aminorar nuestro encierro, si habrá un tratamiento que se produzca en cantidades suficientes para todos los países y todos los hospitales, si vamos a contagiarnos o no, y si sucede, si la enfermedad será incómoda, mas no letal, o si nos vamos a morir.

La hospitalización y la muerte por coronavirus vienen acompañadas de una circunstancia extremadamente dura: estaremos solos.

No pueden visitarnos nuestros hijos, nietos, compañeros, cónyuges. Sólo veremos al personal médico, acaso a unos cuantos, tal vez sólo uno a la vez.

La naturaleza contagiosa y potencialmente mortal del virus nos encierra en un mundo médico carente de la gente que más queremos, la gente que quiere saber cómo estamos, la gente que sufre terriblemente ante la idea de que vamos a morir solos, sin nadie conocido para acompañarnos en los últimos momentos de nuestra vida.

La angustia de los parientes se plasma en la gente que, desesperada por noticias, se planta enfrente del Hospital Universitario al darse cuenta de que ya no permite la entrada libre porque el virus ya tomó el hospital (EL NORTE, 25 mayo).

Desde todo el mundo llega la noticia de que ha sido lacerante no poder estar con el ser querido que muere. No es sólo una cuestión de despedirse. La gente que amamos sufre por nuestra propia soledad, imaginando tal vez nuestra desesperación por despedirnos, por decir que la queremos, por sentir la última caricia de una mano amada.

Ni siquiera existe la posibilidad de un entierro y un duelo convencionales debido al manejo especial del cuerpo.

Dentro de esta pandemia, con tanta incertidumbre, sí podemos hacer algo para aliviar esa desesperación y esa angustia.

Si tenemos que internarnos en un hospital porque tenemos Covid-19, ya sabemos que la enfermedad no es leve en nuestro organismo. Lo mejor es comunicar lo que se tiene que comunicar antes, mucho antes, de un contagio, con la idea específica de establecer "las reglas del juego" emocionales.

La primera regla es que la incertidumbre tiene un final...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR