Karen Batres / Hazme caso

AutorKaren Batres

En un artículo en la revista Time del 30 de septiembre, la autora Lyz Lenz hace una pregunta que hace eco con las mujeres de nuestra comunidad y de la región en general, donde la violencia contra la mujer sigue a tambor batiente, una pregunta planteada también en todos los movimientos locales de #MeToo, de Acoso en la Uni y en conversaciones privadas con gente de confianza: ¿cuántas historias personales tenemos que orear las mujeres para convencer a otros de nuestra condición de seres humanos?

Más aún, ¿durante cuánto tiempo será necesario que la mujer presente sus argumentos y justificación que avalen que somos personas, cuando otros logran vivir su vida como el "default societal"?

La pregunta de la autora va más allá del extremo del continuo experimentado en nuestro pedazo de tierra mexicana, del feminicidio y la violencia familiar.

En el lado menos drástico, el sutil comienzo del aprendizaje social que coloca un mayor valor sobre una persona por encima de otra menos estimada, queda un reclamo crónico, eterno, que un amigo recientemente externó: Hazme caso.

El comentario de este amigo iba dirigido a otro tema, pero desde la infancia las mujeres estamos luchando para que nos hagan caso, que la escucha sea real. A veces se desemboca en los lugares menos esperados.

¿Cómo puede ser -pregunta alguien en la sobremesa del domingo- que tantas mujeres estadounidenses pudieron votar por un Presidente comprobadamente acosador, que evidentemente descalifica a las mujeres?

La respuesta no es difícil de hallar, aunque sí difícil de comprender: las mujeres que comparten su vida con el hombre blanco enfurecido que constituye la base electoral de Donald Trump se han aliado con su enojo, su frustración y su tristeza, y se lanzan a sus "causas" con el mismo encono y la misma falta de respuesta que sus hombres.

Porque conocen lo que significa no ser escuchadas, ser parte de una sociedad en las orillas de la importancia. Porque vienen de grupos conservadores y temerosos que se resguardan tras la fortaleza de una victimización que justifica su enorme resentimiento.

En esa misma sobremesa, otra persona recomendó que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR