Karen Batres / Las banquetas

AutorKaren Batres

Las banquetas no son adornos. Son una parte esencial de la infraestructura urbana.

Esta sencilla estructura, parte del escenario urbano cada vez más poblado, es la convergencia caótica de erario, seguridad, derechos de propiedad e intereses políticos de los gobernantes.

En nuestro México, que parece sufrir un estado crónico de falta de fondos para cosas básicas, las banquetas están en el último lugar de importancia a pesar de que muchísimos mexicanos necesitan caminar al lado de calles y vías rápidas.

Nuestra Ciudad no es la excepción, pues EL NORTE reporta que los peatones se enfrentan a banquetas invadidas por mupis, y se ven obligados a caminar por la calle misma.

Primero lo obvio: las banquetas representan la seguridad de los peatones. Cada año mueren unos 4 mil 500 peatones en Estados Unidos; de éstos, el 8 por ciento ocurre en lugares aledaños a caminos donde faltan banquetas. En Nuevo León, la cifra ronda los 500 muertos al año.

Cuando la necesidad de caminar por, o cruzar, una vía rápida se combina con la ausencia de banquetas y puentes peatonales, aumenta el número de muertes. Es desafortunado que esta situación sea tan común en la región.

En algunos municipios es la norma.

La revista Popular Science comenta que con el aumento de avances tecnológicos en los automóviles, los conductores han experimentado una mayor posibilidad de sobrevivir un accidente, pero al mismo tiempo los peatones corren mayores riesgos porque se elevan los límites de velocidad. La falta de una banqueta es literalmente un asunto de vida o muerte.

La cuestión de banquetas es más compleja de lo que este simple planteamiento parece mostrar. La falta de un camino pavimentado para el peatón también limita el acceso a negocios y otros servicios cuando se involucra cruzar a otro lado de una calle, cuando no hay por dónde transitar al lado de las vías y cuando los servicios del transporte público son deficientes y por lo mismo no satisfacen la necesidad ciudadana de moverse.

Las normas para construir una banqueta bien hecha implican dinero. Para poder acomodar a los peatones y a los discapacitados, debe medir al menos 2 metros de anchura, contar con lugares donde una silla de ruedas pueda subir y bajar con facilidad, y una adecuada señalización en la calle...

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