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Karen Batres / Anótense...

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Vincent
AutorKaren Batres

Una y otra vez, expertos y epidemiólogos enfatizan que al usar cubrebocas correctamente estaríamos salvando muchas vidas y el nivel de contagio se reduciría drásticamente.

No sólo eso. La OMS, que suele cometer pifias de vez en cuando, se equivocó al opinar que los cubrebocas no protegen al que las usa, sino a los demás.

Ahora se ha visto que las mascarillas funcionan en las dos direcciones: protegen al que la porta, y al otro también.

A pesar de esto, los Gobiernos estatales, municipales, y el federal no han tenido la valentía de obligar su uso. No es necesario ver más allá de Texas, donde el contagio está desatado gracias al tibio recular de su Gobernador, quien ahora sugiere que sí, los cubrebocas sirven, hay que usarlos. Sólo eso.

Desde bodas en San Pedro hasta celebraciones callejeras y caseras, la gente desecha las mascarillas sin pensar -¿o no tendrán información?- que estamos a un paso de un desastre.

Porque el contagio y la enfermedad no dan miedo porque la gente joven cree que su edad la protege. No es cierto. Le puede dar levemente, o le puede dejar consecuencias permanentes incluso al sobrevivir.

El virus puede causar problemas a largo plazo con riñones y pulmones, la pérdida del olfato con frecuencia persiste para siempre, daño neurológico, y afectaciones cardiacas.

El virus es tan nuevo que los estudios acerca de sus secuelas todavía están caminando con tropezones y aciertos, pero una cosa queda sin discusión: el cubrebocas salva vidas.

El problema a largo plazo es aún peor. Con un contagio desatado, como el de Texas, donde en un par de semanas los hospitales estarán sobrepasados, lo mismo puede suceder aquí.

¿A quién le va a tocar una cama de hospital con respirador, y a quién no? ¿Quién tendrá que morir porque alguien más requiere el respirador, y a quién el doctor dejará morir y a quién vivir?

¿Cuáles serán las consecuencias psicológicas de tomar esa decisión? ¿Cómo le haría? ¿Daría el respirador a una persona joven y no al viejito?

Y usted, como familiar, ¿acepta que su abuela se quede sin posibilidad de recuperarse porque un médico tuvo que decidir que otra persona necesita el respirador?

Usted, con su...

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