Karen Batres / Animales

AutorKaren Batres

Siempre he sostenido que la mejor manera de juzgar la calidad ética de una persona es al observar cómo juega tenis, cómo trata a un mesero, y cómo pasea un perro.

El que juega tenis y miente acerca de la colocación de una bola para favorecerse a sí mismo; el que trata a un mesero con altanería y descortesía; el que pasea un perro no entrenado que molesta a los demás -es un individuo cuando menos desconsiderado y probablemente sin un sentido demasiado riguroso de la ética.

El pasado viernes, EL NORTE publicó en línea un evento tan desagradable que francamente me pareció una falta haberlo hecho: un conductor arrolla a un perro con toda intención.

Para los que amamos a otros seres vivos, el video es traumático en el sentido esencial de la palabra. Para los que nunca han desarrollado una apreciación para la vida animal, el video sólo sirve como un instante de entretenimiento.

Considerando cómo los seres humanos tratamos a otros y al planeta que es nuestro único hogar, no sorprende que muchas personas no tengan la más ínfima comprensión de las demás especies que padecen compartir el mundo con una raza tan depredadora como la nuestra.

Nuevo León cuenta con leyes que prohíben el maltrato animal (evitar su sufrimiento), incluyendo el traslado, comercialización, exhibición, y sacrificio.

Cualquiera que haya explorado las formas en que se trasladan, resguardan y sacrifican reses, pollos y cerdos se dará cuenta que estamos a años luz del mundo ideal que plantean las leyes.

El Washington Post publicó a principios de este mes que estudios en Estados Unidos revelan que las personas que viven con perros tienen un 24 por ciento menos probabilidad de morir en comparación con la gente que no los tiene, esto a causa de una reducción en la mortalidad cardiovascular.

Más que cualquier otro animal, el maltrato del perro (y el gato) es más visible que los horrores infligidos en animales comercializados.

No sólo eso: de todos los animales domésticos, el perro es el que ha desarrollado las mayores habilidades evolutivas para convivir con el ser humano, a tal grado que el estudio de la cognición canina año con año revela nuevas sorpresas y se ha vuelto materia de investigación en universidades de...

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