Juventud que promete

AutorAdrián Basilio

Cuatro rechazos sufrió Francisco Pérez antes de ingresar al Comité Olímpico Mexicano para poder entrenar el deporte que le fascinó desde 1988, cuando vio ganar a Jesús Mena la medalla de bronce en la plataforma de los Juegos Olímpicos de Seúl.

Entonces, con 12 años de edad, se propuso ser uno de los mejores clavadistas de México y tras sacar a flote el coraje para soportar humillaciones y sacrificar familia y amigos, hoy se dice listo para participar en sus primeros Juegos, los de Sydney 2000.

"Las cuatro veces que vine me regresaron porque no sabían quién era, quién me mandaba, ni nada. Quería ser alguien y me había prometido a mi mismo estar en el CDOM, donde están los mejores deportistas del País, era mi sueño.

"Cuando llegué al DF estuve viviendo con Pina Rueda (hermana del actual entrenador nacional de clavados Jorge Rueda) como seis meses, hasta que me dieron mi acreditación para competir en el selectivo para la Universiada de Fukuoka 95. Sufrí mucho, no tenía becas y pensaba 'me compro una coca o guardo ese dinero'", recuerda Pérez.

En ese selectivo compitió en 10 metros y dice que los entrenadores, o le vieron cualidades o entusiasmo, pero finalmente se quedó a entrenar. Después vendría su primera competencia en un torneo de invitación en Texas, donde no le fue bien.

Antes su técnica era deficiente e incluso recuerda con gracia que se le olvidaba lo más elemental: en 1993 casi se ahoga "de la pena y desesperación" por subirse el traje de baño que se le había bajado hasta los tobillos. No se había sujetado bien del traje.

Pasaron los años y se colocó entre los mejores, pero a finales de 1999 estuvo a punto de abandonar su carrera debido al cansancio físico y mental acumulado.

"Empecé a perder la noción de las vueltas en un clavado, fue el momento más crítico de mi carrera. Tal vez llegué a un cansancio mental tan grande que de repente se te va la onda. Pero no podía fallar porque tendría que regresar a León y perdería muchas cosas, por eso en el selectivo nacional olímpico metí todos los clavados que había fallado", recuerda y asegura que intentará mejorarlos en Sydney.

AZUL

Azul Almazán enfrentó la soledad y un poco de incomprensión de sus compañeros que le llevaban varios años en edad y entrenamiento cuando ingresó al COM para convertirse en una atleta de alto rendimiento.

Esas situaciones le ayudaron a madurar forjándole la mentalidad ganadora que le permitió alcanzar su boleto para competir en los clavados individuales en...

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