Juan Villoro / El lector como activista

AutorJuan Villoro

Antes de que el libro se convirtiera en un objeto portátil e individual para ser leído en silencio, la lectura prosperaba en colectividad y requería de buena condición física para ser ejercida durante horas en voz alta, según relata Iván Illich en su apasionante antropología de la lectura: "En el Viñedo del Texto".

Leer "sólo con los ojos" es un invento de escolásticos como Hugo de San Víctor, quien vivió de 1096 a 1141. Antes esa era una extravagancia. En el siglo 4, San Agustín se sorprendió de que San Ambrosio, obispo de Milán, leyera en silencio y sin mover los labios.

Hoy la lectura es atmosférica y las letras nos llegan de todas partes. La gente sube al Metro y lee a saltos y con extrema rapidez mensajes recibidos en WhatsApp, Twitter, Facebook o Instagram, y en ocasiones también lee los de su vecino de asiento.

La era digital fomenta nuevos tratos con la cultura de la letra. En el 2017 coincidí en Córdoba, Andalucía, con Manuel Jabois, periodista español envidiable por sus textos y su juventud. Nos tocó hablar en una antigua iglesia que conservaba una inmensa grieta en la pared como una inolvidable herida de la historia y que me recordó el terremoto que acababa de ocurrir en México.

Para ambos, ése era un jueves de esclavitud, es decir, de entrega de columna. En la mañana me encerré en mi cuarto de hotel a teclear en la computadora mientras Manuel se ocupaba de otras cosas. No fue sino hasta el término de nuestra tertulia que él sacó su celular y comenzó a escribir con los pulgares mientras caminaba por las calles de Córdoba. Esa noche fui testigo de un cambio de paradigma similar al de la lectura silente de San Ambrosio: la escritura ambulante de un artículo telefónico.

Al día siguiente leí el texto impreso en El País: "La revolución de las buenas personas". Busqué alguna señal de descuido provocada por el método de trabajo (para mí imposible) y no pude hallarla. Quienes estén a favor de la independencia unilateral de Cataluña discreparán de las ideas expuestas en ese texto, pero no podrán objetar la calidad de la factura.

Mientras los periodistas de las nuevas generaciones se adaptan con creatividad a los nuevos medios, no sucede lo mismo con los lectores. De acuerdo con la percepción mayoritaria, internet es un espacio necesariamente gratuito, una fiesta donde todos son colados. Hay espacios de paga o suscripción, pero no son la...

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