Juan Villoro / El guardabosques

AutorJuan Villoro

El espacio esencial de la literatura alemana es el bosque donde surgen los cuentos de hadas. En un claro alejado de la vida común, los ogros y las brujas tienen su oportunidad.

Desde hace décadas, Peter Handke vive a las afueras de París, junto a una foresta que le permite caminar durante horas en los caminos que Martin Heidegger llamó "sendas de la madera". Así cultiva una de las más asentadas tradiciones de la cultura alemana, la excursión como principio filosófico (en las principales universidades que ofician en ese idioma, una vez al año se celebra una wanderung en la que profesores y alumnos discuten sus temas decisivos).

En los años 60, Handke apareció en la escena literaria como una mezcla de Bob Dylan y Julian Beck, profeta del "Living Theater". Sus primeras obras de teatro fueron deliberadamente transgresoras.

Como su título lo indica, "Insultos al Público" injuriaba al auditorio como una forma de las bellas artes. De manera emblemática, el outsider austriaco dedicó otra obra a Kaspar Hauser, el hombre sin identidad que de pronto apareció en una plaza de Alemania. Los poemas de "El Mundo Interior del Mundo Exterior del Mundo Interior" le granjearon la simpatía de la contracultura y su novela "Carta Breve para un Largo Adiós" le otorgó dimensión existencialista a la road novel.

En Handke, la alta filosofía entroncó con la cultura popular. Desde su título, "El Miedo del Portero al Penalti" reveló que la palabra angst no sólo incumbía a los seminarios de teoría del conocimiento, sino al solitario que es fusilado desde 11 metros de distancia.

Gran conocedor de la novela policiaca, Handke tradujo "El Amigo Americano", de Patricia Highsmith, que Wim Wenders llevó brillantemente a la pantalla. Su colaboración con este cineasta alcanzó un momento culminante en "El Cielo sobre Berlín", también conocida como "Las Alas del Deseo", historia de dos ángeles que llegan a la Tierra y pueden escuchar los pensamientos de la gente.

Después de recibir los premios más importantes de Alemania, Handke se volvió incómodo por su compleja postura ante la guerra de los Balcanes. Su madre era eslovena y él conocía bien Yugoslavia. Indignado por la condena unilateral a una nación que aún no acababa de consolidarse, escribió "Justicia para Serbia", una extensa crónica en la que procura demostrar que ese pueblo estigmatizado por la comunidad internacional tiene rostro humano...

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