Juan Villoro / Cruci/ficción

AutorJuan Villoro

El 26 de julio, a dos meses de la Champions, el entrenador Jürgen Klopp habló por primera vez de un partido del que acaso no saldrá jamás.

En la final de Kiev, su equipo, el Liverpool, perdió 3-1 ante el Real Madrid. Quien fracasa busca, si no excusas, al menos explicaciones, y el técnico alemán ha encontrado un villano para la debacle: Sergio Ramos, el jugador más expulsado en la historia del Real Madrid.

Después de media hora de juego, el defensa arrolló a Mohamed Salah en una especie de llave de judo que obligó al delantero egipcio a salir del campo con lágrimas en los ojos. El Liverpool perdió así a su principal atacante.

Poco después, Ramos propinó un codazo al portero Loris Karius y ya nada fue igual. Dos de los tres goles del Madrid se debieron a pifias del guardameta que resultaron incomprensibles hasta que Franz Beckenbauer, indisputado emperador del futbol alemán, llamó a Klopp para decirle que seguramente Karius había sufrido una conmoción cerebral en el encontronazo con Ramos.

Así, la noche de Kiev se convirtió en la noche del Verdugo Blanco. El Real Madrid fue superior, pero su victoria no fue ajena a la crueldad.

En la misma rueda de prensa, Klopp alertó acerca de otro tipo de rudeza: Karius fue salvajemente crucificado en las redes sociales. El guardameta pidió a quienes lo linchaban que repararan en el dolor provocado y les deseó que nunca pasaran por algo semejante. "La mejor decisión que he tomado en mi vida es no participar en las redes sociales", comentó Klopp: "Llegará el momento en que las cosas se vuelvan a decir cara a cara".

El Liverpool sometió a su jugador a pruebas médicas y dio a conocer que, en efecto, había padecido una conmoción. Para entonces, ya había sido ultrajado por gente que no conocía ni quería conocer la verdad. Tiempos de cruci/ficción en el Gólgota digital.

En "La Genealogía de la Moral", Nietzsche explica que la "situación de derecho" permite juzgar impersonalmente las acciones, evitando las venganzas personales y "el insensato furor del resentimiento".

La inquisición viral transgrede este principio; las más recónditas pasiones distorsionan lo sucedido y construyen un suceso paralelo imposible de revertir.

La noticia de que Karius estaba lesionado no provocó la misma reacción que la vengativa condena de sus fallas. Fiel a la disciplina que aprendió desde sus días en el Mainz 05, el portero no buscó excusas y se limitó a...

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