Juan Villoro / La casa de la tribu

AutorJuan Villoro

La familia Demeneghi ha anunciado que tendrá que vender la casa del más ilustre de sus miembros: Sergio Pitol, Premio Cervantes de Literatura.

Laura Demeneghi, sobrina del autor, fotógrafa, cineasta, creadora de un hermoso documental sobre la infancia de su tío, comenta que no ha sido posible contar con apoyo para que ese espacio se convierta en un centro cultural.

La noticia alarma por sobradas razones.

La construcción es, en sí misma, una pieza de arquitectura excepcional.

Obra del arquitecto Bernal Lascuráin Rangel, que también restauró la Hacienda del Lencero, se sirve de recursos posmodernos (círculos de vidrio para torres de electricidad reconvertidos en ventanas) para revitalizar la típica arquitectura de Xalapa.

El resultado es asombroso y merece preservarse sin modificación alguna.

El lugar representa una expansión del carácter de su dueño. Lascuráin Rangel concibió un recinto múltiple, capaz de conciliar dos pasiones que parecerían opuestas: el trabajo solitario y la vocación gregaria.

Mientras el maestro escribía, otros trabajaban en cuartos próximos. Desde su escritorio en un salón sin puertas, Pitol podía oír el gruñido del más alejado de sus perros y saber lo que pasaba en cualquier rincón de esa colmena de traducciones y conversaciones que además era una morada.

No es difícil asociar esta concepción del espacio con la casa de Tolstoi, que Sergio visitó en Moscú y a la que dedicó un sugerente ensayo, "La Casa de la Tribu".

Ciertos lugares se parecen tanto a la estética de un artista que resulta imposible saber si derivan de ella o contribuyen a crearla.

A propósito de la mansión de Tolstoi, escribe Pitol: "Esa casa, que sirvió de modelo a la que aparece en 'La Muerte de Iván Illich', me ha aclarado más sobre los novelistas rusos del siglo XIX que cualquier tratado histórico o literario. En la casa de Tolstoi debió haber sido imposible ocultar un secreto".

El santuario de Pitol era más pequeño que el del patriarca ruso, pero se estructura de manera semejante.

Las salas son espacios abiertos ubicados en distintos niveles; cada una representa un lugar "aparte" al que se accede en forma inmediata; el hilo conductor de ese espacio para actividades simultáneas son los libros que se extienden como la concha de un caracol.

De manera acertada, Laura Demeneghi considera que ahí se podrían custodiar los manuscritos, las medallas, las fotografías, los cuadros y la memorabilia de su tío.

Pero su idea va más allá de una...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR