Juan Villoro / Otro apocalipsis maya

AutorJuan Villoro

En el 2012 los tremendistas de turno profetizaron que la vida acabaría en cumplimiento de una profecía escrita en un bajorrelieve del sitio arqueológico de Tortuguero.

Aunque los glifos aludían al fin de un ciclo astronómico y el comienzo de otro, la noticia fomentó el turismo de fin de mundo y los hoteles se llenaron para el 21 de diciembre, fecha del apocalipsis.

Según sabemos, la vida no se acabó, al menos no de esa manera, pero el "apocalipsis maya" confirmó que la especie es caprichosa.

En ocasiones la profecía es el nombre que la realidad asume antes de ocurrir. Un sexenio más tarde, otro apocalipsis amenaza al territorio maya. Me refiero al tren que recorrerá la península, transportando la misma cantidad de gente que visita anualmente Cancún.

El Gobierno de López Obrador ha tenido notables aciertos: la lucha contra el huachicol, la atención a adultos mayores, la supresión de presupuestos discrecionales para los Diputados, la generalizada austeridad en el gasto público, por mencionar sólo algunos logros.

En tiempos de polarización resulta difícil aceptar que unas cosas estén bien y otras mal; con excesiva facilidad se cae en las descalificaciones en bloque; sin embargo, cuestionar un proyecto puntual no significa ser anti-AMLO. Escribo estas líneas convencido de que la rectificación y la enmienda aún son cualidades humanas.

Los constructores del tren aseguran haberle pedido permiso a la tierra para comenzar sus trabajos, pero no cuentan con el de los pobladores de esa tierra, víctimas de sucesivos despojos.

En caso de construirse, los mil 500 kilómetros de vía férrea tendrían un efecto ecológico irreversible y alterarían la vida de numerosas comunidades en cinco estados. Cuando Echeverría puso a Cancún en el mapa, acabó con una de las más grandes reservas de la biodiversidad. A cambio, llegaron el dinero y el lavado de dinero, efectos de un "progreso" que beneficia a consorcios internacionales.

Al respecto, Claudio Lomnitz escribió con brillantez en La Jornada: "El Tren Maya es un proyecto desarrollista que le hubiera encantado a Miguel Alemán, Ruiz Cortines o Echeverría. Cierto que el Presidente López Obrador ha dicho que en él no se tumbará 'un solo arbolito', pero esa declaración, que es rigurosamente falsa, destila el mismo menosprecio al tema ambiental que tuvieron sus predecesores... Esos lugares recibirán a los más de 4 millones de turistas del...

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