Juan Enríquez Cabot / ¡Achúúú...!

AutorJuan Enríquez Cabot

Pronto pudiéramos añorar un mundo donde poco preocupaba un estornudo... Mientras nos distraemos con Iraq, Pemexgate y Mr. Fox's friends, crece en Asia y en el Norte de las Américas un reto que pudiera ser mucho mayor. Resulta que durante meses China escondió un brote, cada vez más extenso, de una neumonía atípica, el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS)...

Bajo el microscopio, el SRAS parece una coronita. Vive feliz en boca, garganta y pulmón. Obliga a toser, y a toser más... lo cual esparce el virus ampliamente. Y resulta que estas coronitas son bastante versátiles. Parece que la enfermedad también se puede transmitir si uno pone la mano con el virus sobre puerta, lavamanos o apagador. Llega la siguiente víctima y el virus sigue merodeando. Total, una persona puede contagiar a 40. Es enfermedad especialmente peligrosa en comunidades pobres y de alta densidad... por ejemplo digamos en una vecindad. Dentro de Hong Kong, por ejemplo, se ha acordonado y puesto en cuarentena todo un complejo de edificios.

Este pequeño virus está logrando lo que no logró la guerra de Iraq, está parando en seco una parte importante del comercio y el turismo mundial. Hoy pocos viajan a Hong Kong, China, Singapur o Vietnam. Las aerolíneas, ya de por sí golpeadas por crisis económica y la guerra, sufren aún más. En marzo, Delta Airlines reportó 21 por ciento menos pasajeros a Asia. Singapore Airlines ya canceló más de 120 vuelos. Va a empezar a haber escasez de todo tipo de productos, desde juguetes hasta chips de computadora. Anteayer, el economista de Morgan Stanley, Steve Roach, cambió su pronóstico para la economía mundial de ... 2.5 por ciento a crecimiento negativo, en parte por la guerra pero también por esta enfermedad.

Como se escondió la magnitud y gravedad del problema "para no asustar a la gente", la enfermedad, que aparentemente se empezó a propagar a mediados de noviembre, cruzó el Pacífico cómodamente, acomodada en los cuerpos de varios viajeros aéreos. Y empezó a darle en la mother a Canadá. Hasta el viernes, solamente en la provincia de Ontario, 146 víctimas, siete muertes.

Esto empieza a tener consecuencias graves. Esta semana se iban a juntar en Toronto 12 mil doctores en la conferencia mundial sobre cáncer. Oportunidad para compartir historias y casos, examinar nuevos tratamientos, en fin, planear cómo vencer otra terrible enfermedad. Nunca se juntaron. Todo se canceló. Le costó a la ciudad más de 60 millones de pesos. Le costó a la...

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