Juan Ciudadano/ Conservadurismo de AMLO

AutorJuan Ciudadano

Para el Gobernador del DF, ser de izquierda se agota en la asistencia a los pobres. El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador es un ejemplo del conservadurismo que todavía predomina en la izquierda mexicana.

El interés del Gobierno de la Capital está puesto en comprar simpatías entre los más desprotegidos. No hay indicios de un interés por transformar la forma de gobernar, por abrirse al escrutinio ciudadano y por eliminar las cortapisas legales que atemperan las críticas a la autoridad y que buscan disuadir la investigación periodística sobre lo que sucede en las entrañas del Gobierno.

Es claro que hay herencias del México autoritario que no le estorban al Jefe del Gobierno capitalino. No parece interesarle, en lo absoluto, avanzar en la defensa de garantías ciudadanas básicas, como son el derecho de la persona a saber todo sobre el Gobierno y el derecho a criticar a la autoridad sin que de por medio exista la amenaza de la cárcel.

Esta "apatía" por hacer del Gobierno de la Capital un gobierno más cercano a la gente y abierto a su escrutinio es doblemente paradójica.

Primero, porque siendo López Obrador un político de supuesto corte liberal, se esperaría mayor interés en temas en los que sus contrapartes panistas y priístas, de otras entidades del País, le llevan amplia ventaja.

Y segundo, porque la Ciudad de México ha sido, naturalmente, el centro de los debates alrededor de los derechos relacionados con el acceso a la información pública y el libre ejercicio de la crítica, debates que han sido frecuentes y ampliamente publicitados, sobre todo en los últimos dos años.

El desgano con el que López Obrador ve estos temas fue especialmente evidente esta semana pasada. Por una parte, vetó la Ley de Transparencia aprobada por la Asamblea Legislativa del DF. En este caso, más revelador que el veto mismo, fueron las razones detrás de él.

El problema no radicaba en que fuera una Ley de Transparencia sin dientes y, por lo tanto, previsiblemente ineficaz. Por el contrario, a decir de los asambleístas que negociaron la Ley, éstas fueron condiciones impuestas por el Jefe de Gobierno capitalino, ante las que los legisladores del DF equivocadamente cedieron.

Lo que finalmente definió el veto de López Obrador fue el costo que implicaba para la Ciudad cumplir con la ley. ¿Cuánto le cuesta a la Ciudad de México la corrupción gestada en la oscuridad en la que trabaja la burocracia del DF? Esa es la pregunta relevante.

Pero AMLO no sólo se resiste a...

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