Joyas regias del arte sacro
| Autor | Teresa Martínez |
Monterrey cuenta con tesoros del arte sacro moderno que están a la vista del público.
Obras llenas de historia y valor artístico, que al mismo tiempo, rinden homenaje a la fe católica. Conócelas.
LOS MURALES DE ZÁRRAGA
La Catedral Metropolitana de Monterrey, que data de 1612, tiene en su interior los murales del artista duranguense Ángel Zárraga.
El entonces Arzobispo Guillermo Tritschler encargó al muralista la obra, realizada entre 1942 y 1945, que se despliega en el presbiterio.
"En el muro sur están dedicados a tres pasajes bíblicos: el milagro de las Bodas de Caná y al centro la Resurrección de Cristo", detalla el historiador de arte Rodrigo Ledesma.
"En el muro norte está la evangelización de la zona norte. Al centro, la magnífica Piedad", indica.
"Pero lo extraordinario es cómo combina lo sacro con lo pagano cuando arriba del lado derecho (del muro sur) pone el trabajo la fundición, típico de Monterrey, y del lado izquierdo lo agrícola, la zona citrícola".
Cercano a la representación de la Resurrección de Lázaro en el muro norte, destaca Ledesma, un árbol aguarda en una cavidad a la Virgen del Roble.
"Es definitivamente art decó. Como Zárraga venía de Francia, trae esta tendencia en las composiciones, en las figuras, en la colocación de las mismas, los elementos decorativos como rayos del Espíritu Santo que parecen líneas eléctricas".
LA OBRA DE ORDÓÑEZ
Considerado uno de los grandes creadores de arte sacro moderno en Monterrey, Efrén Ordóñez es autor de varias obras y vitrales localizadas en el interior del Seminario Menor de Monterrey construido en 1959.
Entre las obras encargadas en 1955 por el entonces Arzobispo Alfonso Espino destaca el Cristo localizado en la capilla.
"Bastaría la sola obra de Efrén Ordóñez en el Seminario de Monterrey para colocarlo en altísimo lugar como multifacético creador de arte sacro moderno", escribió Aureliano Tapia Méndez, en el libro Efrén Ordóñez, pintor mexicano contemporáneo.
La obra del artista chihuahuense fallecido en el 2011 tiene una influencia románica y medieval, pero a la vez tiene elementos de las vanguardias, apunta Ledesma.
La restauradora Sylvia Rodríguez trabajó en las obras del Seminario en 2006 y detalla que el Cristo es de inicios de los 60 y es óleo sobre tela adherida a la madera.
La inscripción de INRI es un bastidor realizado entre 1985 y 1990, porque el original se deterioró con un nido de murciélagos.
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