Josefina Leroux / Suman ignorantes

AutorJosefina Leroux

Una pregunta oportuna en este inicio de una transformación anunciada es sobre el presente y el futuro de la niñez, pues ha sido ignorada en los discursos mañaneros del Presidente. ¿Será porque ellos no votan?

Dice Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, que "educar es un acto de amor, es dar vida". ¿Por qué asume el Papa que educar es dar vida? Porque como buen estudioso de la naturaleza humana, sabe perfectamente que a un ser humano sin educación se le dificulta desarrollar sus talentos y, por tanto, prescinde de una vida digna.

Lo sabemos en México, país en el que gran parte de los problemas de desigualdad y pobreza se han dado por la deplorable educación de la que han sido objeto niños y niñas.

Y lo poco que se había logrado se pierde para los más necesitados, por ejemplo, los que tenían acceso a estancias infantiles. Los castigados son inocentes de la corrupción, así como los que se han quedado sin clases porque algunos maestros no aceptan exigencias.

El Ejecutivo hace todas las consideraciones a maestros que no quieren ser evaluados, a aquellos que irrumpen en las calles y que violan las leyes. Una vez más, el Gobierno opta por hacer caso omiso de la Constitución y hace rehén a la infancia de quienes emplazan amenazantes en las calles.

Constitucionalmente, si no aceptan la "nueva reforma" los maestros, permanecería la que propuso el Gobierno anterior. Pero no puede admitir una humillación semejante el soberbio Ejecutivo. Mejor intenta con un memorándum arreglar su falta de liderazgo y ordena que se abrogue la reforma educativa que tanto esfuerzo democrático costó.

En un acto antidemocrático, de total autoritarismo, el Presidente manda al Congreso no legislar para evitar confrontaciones y que derogue la anteriormente votada reforma en busca de "justicia", según él. Cómo, si antes declaró que "nadie por encima de la ley".

Como suele hacer el Primer Mandatario, saca un as de la manga para contradecirse: "justicia" por encima de las leyes y la Constitución.

Habla de justicia, ¿para quién?, ¿para los maestros que no quieren ser evaluados porque consideran punitivas las calificaciones?

¿Y la justicia para los educandos? Y los derechos de los niños y las niñas, ¿no valen? Una limosna gubernamental no les cambiará el futuro. Lo único que podrá hacerlo es su educación. Pero una buena educación, no un diploma fácil para obtener un grado sin exámenes que sólo tranquiliza la conciencia de maestros y de Gobierno mediocres.

No se atrevería un...

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